El cierre del Oasis Centro del Puerto de la Cruz pone fin a la trilogía de auténticos escaparates del florecimiento y decadencia del modelo turístico fruto de las sucesivas coyunturas económicas, pero que en esta ocasión se ha agravado por las circunstancias especiales que rodean el retroceso experimentado por el municipio. Hoy, domingo, 31 de mayo, culminan 30 años de historia de uno de los rincones señeros situados en la calle de Las Tiendas o San Juan. El Oasis Centro es el último de la saga de las cafeterías y espacios públicos homónimos de la plaza del Charco y playa de Martiánez. Es decir, Oasis Playa, Oasis Plaza y Oasis Centro, que surgieron a partir de la segunda mitad del pasado siglo veinte, fruto de una época próspera e inolvidable del Puerto de la Cruz, por iniciativa del recordado empresario alemán afincado en Tenerife, Otto Welsch. Con su desaparición languidece un trozo del corazón de ciudad
turística por excelencia de Canarias.
El Oasis Centro nace y se expande en el patio de la casona de la familia Reimers a partir de 1979, en un núcleo realmente privilegiado donde pudo compartir protagonismo con la casa Tomás de Iriarte y los desaparecidos cines Chimisay y Timanfaya y grandes almacenes de Gómez Baeza. Un espacio de usos múltiples, pues no en vano, fue lugar de encuentro y de ejercicio de una parte de la profesión periodística, exposiciones artísticas, amén de la consabida muestra fotográfica permanente de celebridades del cine y el teatro y de personajes entrañables de las Islas y la Península. Un entorno en el que se recreaban el paladar con la buena cocina y excelente quehacer de los hombres y mujeres que ponían y hasta hoy ponen toda su profesionalidad al servicio del público.
A la galería celebridades del séptimo arte se suma una estela de profesionales de la comunicación que forman parte del acontecer de la ciudad y de la Isla. En los albores de los años ochenta del pasado siglo compartían barra e incluso mesa, mantel y noticias periodistas como Salvador García Llanos (ex alcalde del Puerto de la Cruz y ex delegado del Gobierno en Canarias), en su etapa de corresponsal y redactor; Mariano López Palacios; César Ortega (“Gloria Gallas”); el recordado José Antonio Vázquez; José Manuel Martín; Pedro Antonio Fuentes, Benjamín Afonso, Agustín González Martín; y los fotógrafos Pedro Lucas, Enrique Coscollar Serrano, Carlos Cabezola Martín, Carmelo Pérez y Moisés Pérez.
La zona reservada al teléfono llegó a ser una especie de centralita de prensa, al servicio de las corresponsalías acreditadas en el Norte de Tenerife, e incluso, hay anécdotas de que los periodistas solían ocupar durante mucho tiempo la línea para transmitir sus crónicas, o pasar hasta páginas enteras de información, cuando el acontecimiento lo requería. El Oasis Centro era un punto fijo de encuentro para mantener entrevistas con políticos, deportistas y artistas, recibir avisos y también para ofrecer ruedas y conferencias de Prensa y exposiciones.
También pasaron por el Oasis con cierta frecuencia los ex alcaldes Felipe Machado del Hoyo, Antonio Castro, Marcos Brito, Feliz Real y Salvador García; la actual alcaldesa, Lola Padrón; los periodista Andrés González de Chávez, Alfonso Eduardo Pérez Orozco (primer director del Festival Internacional de Cine Ecológico y de la Naturaleza) y José H. Chela.
Fueron famosas las partidas de dominó y las tertulias de hombres y mujeres de la ciudad. Pero resultan inolvidables las charlas que alegraban las sobremesas o los atardeceres con protagonistas tan singulares como el artesano y joyero Pedro Martín, los empresarios Manuel Pérez González, Manuel Torralbo; el ex teniente de alcalde Pedro González de Chávez; entre otros.
Un componente importante del Oasis Centro estuvo marcado por la música y los numerosos intérpretes que pasaron por su peculiar sala de conciertos y de baile, que tanto animó sus tardes y veladas.
A Pedro Escobar, el alma de este entrañable sitio, le toca echar el cerrojo, con sus colaboradores más directos Manuel Ríos, Juan Farráis, Emilio Machado y María Dolores García. Pero también hay que referirse a los antiguos socios de esta entidad, Antonio Crespo y Cristóbal Fumero, y ni que decir tiene a Enrique López, que siempre veló por su seguridad.