12 julio 2020

Los apellidos canarios en el siglo XVI

JOSÉ MELCHOR HERNÁNDEZ CASTILLA



La inscripción en los libros parroquiales de bautismos, bodas y defunciones se establece en España a mediados del siglo XVI. Desde ese tiempo, los apellidos españoles se transmiten de generación en generación, aunque con cierta libertad en su elección. La instauración del registro civil, en el año 1869, pone cierto orden en los apellidos; aunque la fórmula “el primer apellido el del padre y el segundo el de la madre” ya se usaba con anterioridad a esta fecha.
Carlos Platero Fernández, en su libro “Los Apellidos en Canarias (1992)”, confiesa que existen pocos apellidos de origen netamente canario, entre ellos podemos entresacar los mayormente considerados canarios o acanariados, sin menospreciar otros: Apolinario, Armas, Artiles, Arucas, Bencomo, Bentancor, Caballero, Curbelo, Drago, Dumpiérrez, Guanche, Machado, Negrín, Oramas, Perdomo, Sabina, Socas, Tacoronte, Tejeda y Umpiérrez.
El normado Juan de Bethencourt trae a Canarias en el comienzo del siglo XV apellidos franceses y castellanos: Bethencourt y sus variantes Betancurt y Betancor; Armas; Brito y Bristol; Berriel; Diepa; Guillén; Marichal; Melián o Meilland; Prudhome o Perdomo; Picard; Umpiérrez y Dumpiérrez; Verde; entre otros.
A la mitad del siglo XV, llegan a Canarias castellanos, andaluces, catalanes y mallorquines. Hernández Peraza es acompañado de personas con apellidos como Aday, Alonso, Ayala, Casañas, Luzardo, Peraza y Tenorio. Más adelante, con Inés Peraza de Las Casas y su marido Diego García de Herrera, aparecen otros apellidos, Álvarez Osorio, Bernal, Cabrera, Camacho, Castellano, Cubas, Chemida, Fernández de Saavedra, Gallegos, García de Salazar, García Varela, Gómez, Hernández, Jaraquemada, León, López de Alcázar, Machín, Martel, Martínez de Tapia, Méndez, Mirabal, Morales, Navarrete, Negrín, Ocampo, Padilla, Palenzuela, Párraga, Placer, de la Peña, Pérez de Aguirre, Rodríguez, Sánchez de Morales, San Juan, Sarmiento, Silva, Venegas, Vergara y Zurita.

En 1478, Juan Rejón llega a Gran Canaria con nuevos apellidos como Algaba, Almeida, Álvarez, Arévalo, Bermúdez, Bolaños, Burgos, Cabezudo, García de Santo Domingo, Guzmán, Hervás, Jáimez de Sotomayor, Lezcano, Maldonado, Mareantes, Mayor, Mayorga, Medina, Michel, Michelico, Miguel, Miguels, Mojica, Mújica, Prado, Ruiz, San Esteban, Solórzano, Suárez Gallinato, Trejo, Valdés, Vargas y Zambrana. De esta época, son los primeros apellidos de origen aborigen como Arucas, Guanarteme y Doramas.
La real cédula de 4 de febrero de 1480 de los Reyes Católicos permite el primer repartimiento tierras y agua en Gran Canaria por medio del gobernador Pedro de Vera. Ello atrae a los primeros judíos genoveses, a sus congéneres del mediterráneo y a todos aquellos beneficiados en los repartos: Acedo, Aguiar, Albaida, Ariñez, Arnero, Barrera, Bartolomé, Betanzos, Blanco, Calderón, Cava, Cazaña, Cerpa, Cherino, Ciberio o Siberios, Escobar, Escobedo, Espinosa, Fajardo, Fernández Gaeta, Fernández de Peñalhajo, Figueroa, Fonseca, Fontana, Francés, Frías, García, García del Castillo, Gaeta, Galán, Godoy, González de Madrid, González de Navarra, González de Sevilla, Haro, Herrera, Hidalgo, Hinojosa, Hoces, Jérez, Machuca, Madrid, Malfante, Marquina, Matos, Molina, Moxica, Mondragón, Montoro, Morisco, Muñoz, Naranjo, Núñez de Toledo, Ortiz de Zárate, Orueña, Palomino, Palomo, Pellor, Peñalosa, Pera, Puerto, Quintana, Ramírez, Reinoso, Rivera, Rodríguez de Palencia, Salazar, Salmerón, Sánchez, Santa Ana, Santana, Santa Gadea, Santisteban, Segovia, Segura, Soria, Suárez, Torres, Vachicao, Vanda, Varea, Vega y Vera.
José Antonio Cebrián Latasa, en su “Ensayo para un diccionario sobre los conquistadores de Canarias (2003)”, menciona los apellidos de los conquistadores de las islas de Gran Canaria, La Palma y Tenerife, y su posible procedencia. 
Conquistadores castellanos/andaluces: Ágreda (Extremadura), Alarcón (Andalucía), Aguilar (Extremadura), Argüello, Arjona, Albornoz, Alcalá, Alcántara, Alcaraz, Alcaudete (Andalucía), Almansa, Almodóvar (Andalucía), Amarillo Fernández (Andalucía), Antequera (Andalucía), Arceo (Burgos), Arcos (Andalucía), Armas, Aroche (Andalucía), Astorga, Baena, Bajo o Baxo, Barrios, Becerril, Benítez (Andalucía), Benito, Buendía (Andalucía), Burgillos, Cabrejas (Andalucía), Cáceres, Cala, Campos, Campuzano, Castillo (Valladolid), Díaz, Dome a Dios, Dotor, Espinosa (Andalucía), Estopiñán (Andalucía), Estrada, Fernández (Galicia), Fernández de la Fuente (Andalucía), Fernández de Lugo (Andalucía), Fuente, Gallego (Andalucía), Gallegos, González, Gorvalán (Andalucía), Grecia (Grecia), Guerra (Extremadura), Gutiérrez, Guzmán (Toledo), Herrera, Hijas (Andalucía), Horna, Hoyo (Santander), Ibáñez, Jaén, Joven o Jove (Barcelona), Lara, León, Lerma, López, López de Villera, Lucena, Llerena (Extremadura), Malpica, Manzanilla (Andalucía), Márques, Marroquín, Martín o Martínez de Padilla (Andalucía), Martínez, Medina, Méndez (Extremadura), Mercadillo o Mercado, Mesa (Andalucía), Mexía, Miranda (Navarra), Montañés o Montañón, Montemayor, Monterio, Mora, Morales, Moratalla, Moreno,   Muñoz (Andalucía), Navarro, Ocampo (Galicia), Ontiveros, Peña, Pérez de Arana, Pérez Azagayado, Plasencia, Ponce, Porras, Ramírez (Andalucía), Redondo, Rey o Vega, Ríquel o Dorador (Extremadura), Rodríguez, Rodríguez de Lucena, Rodríguez de Gamonales, Rodríguez de Palenzuela (Burgos), Rojana, Sánchez de Turel, Sepúlveda, Serrano, Solís, Soria o Quintana (Soria), Suárez Gallinato, Suárez de Quesada, Talavera, Téllez, Torres, Trujillo (Andalucía), Valdés (Andalucía), Valdespino, Vera (Andalucía), Xáimez de Sotomayor, Ximénez (Extremadura), Ydalgo, Zamora, Zapata (Salamanca), Zárate, Zorita (Andalucía).
Aborígenes grancanarios conquistadores: Beltrán, Bentagayre, Bermúdez o Bermudo, Buenviaje, Cabello, Camacho, Cartaya, Casas el Viejo, Cojo o Coxo, Córdoba, Cosme, Delgado, Díaz, Doramas, Fernández, Frías, García, Gentilmarao, González, Gran Canaria, Guanarteme, Guzmán, Herrera, Hierro, Izquierdo, Lengua, León, Lopez, Lugo (Tyxandarte), Luis, Maninidra, Manzanufio, Martín, Mayor, Mondura, Pablo, Pascual, Pestano, Ramos, Robles, Rodríguez, Sánchez, Sierra (Bentagaire), Talavera, Torre, Torres, Vera, Vizcaíno.
Aborígenes gomeros conquistadores: Abtejo, Aguaberque, Alcázar, Armas, Baeza, Benítez, Castilla, Córdoba, Espadero, Espino, Fernández, Flandes, García, González, Hernández, López, Marraxo, Medina, Mexacar, Moguer, Mulagua, Obispo, Rodríguez, Rodríguez de Hara (Abhal), Simancas, Vargas, Vizcaíno.
Conquistadores procedentes de las islas de Lanzarote y Fuerteventura: Badajoz (Extremadura), Bonilla (Lanzarote), Castellano (Lanzarote), Delgado (Lanzarote), Fuentes, Mayor (Lanzarote), Mayorga (Lanzarote), Melián (Lanzarote y Fuerteventura), Salazar (Vasconia), Samarinas (Fuerteventura y Lanzarote), Sánchez de Morales, Simancas (El Hierro).
Conquistadores portugueses: Afonso, Ballesteros, Gómez.
Conquistadores de Borgoña (actual Bélgica): Alimán o Alemán, Grimón.
Conquistadores de Génova: Arnao, Viña.
Manuel Lobo Cabrera con su trabajo “Los Mercaderes y la Trata de Esclavos. Gran Canaria. Siglo XVI (1982)”, menciona que Gran Canaria, a raíz de su conquista, es un centro de mercado de esclavos. Los negros y moros, procedentes del continente africano son capturados, en un principio, para la realización de trabajos en las explotaciones azucareras; este negocio en la isla, en toda la centuria de 1500, atrae a comerciantes venidos de diferentes lugares: genoveses, flamencos, franceses, portugueses, aragoneses, castellanos. Los mercaderes mediterráneos y atlánticos traen productos manufacturados, hierro, papel, loza, hilos, mayormente, y reciben por ello azúcares y esclavos. 
El reseñado Carlos Platero Fernández (1992) detecta el origen de determinados apellidos llegados a Canarias. A comienzos del siglo XVI, además de los moriscos de la costa sahariana y de negros de Cabo Verde y Guinea, se asientan en nuestras islas población de procedencia mediterránea (Marsella, Niza, Génova y Malta), mucha de ella de ascendencia judía. Se detectan en Gran Canaria estos últimos: Alberto, Alegre, Amoreto, Arnaldo o Arnao, Azuaje, Aubín, Burón, Clavo, Cárrega, Corona, Costa, De Oreste, Fiesco, Fosato, Franchi o Franquis, Gaitán, Gua, Loret, Lutzardo, Macía, Marín, Milla, Monleón, Montelongo, Morena, Palomar, Pasqua, Ponce de León, Ponte, Rizo, Salvago  y Sopranis. En Tenerife y La Palma, apellidos como Ascanio, Baticola, Bayardo, Bravo de Laguna, Ferral de la Nuez, Polo, Rey y Rosaura. Y otros repartidos por todas las islas como Casanova, Spínola, Grillo, Grimaldi, Imperial y Viñol.
José Pérez Vidal, en su libro “Los Portugueses en Canarias (1991)”, nos expone la vida de los portugueses en Canarias, además de sus apellidos. Desde principios del siglo XVI y mediados del mismo, llega la colonia más significativa a Canarias desde Portugal y las Islas Azores; alcanzando su mayor afluencia bajo el imperio de Felipe II, donde España y Portugal se encuentran unidas durante un periodo (1580-1598). La Palma es la más beneficiada por este hecho, seguida de Tenerife y Gran Canaria (Arucas y Guía sobre todo), y en parte La Gomera y El Hierro. Éstos son los apellidos portugueses encontrados en Canarias: Acosta, Aguardia o Guardia, Afonso, Afonso Marullero, Alfonso, Alonso, Alvares o Álvarez, Álvarez de Almada, Arias, Arvelo, Arrúa, Azevedo o Acevedo, Báez o Váez, Barbosa, Barrero o Barreto, Bautista, Bello o Vello, Blas, Blasques, Brito, Cadahueso, Cairasco de Figueroa, Camejo, Cansado, Caravallo o Carballo,  Castañeda, Castelén, Castillo, Castro, Cifuentes, Coello o Cuello, Correa, Chacón, Delgado, Dévora o Évora, Días o Díaz, Domíngues o Domínguez, Donaire, Enrique, Espyndola, Esquivel, Esteban, Estevanes o Estévanez, Esteves o Estévez, Fariña, Fernandes o Fernández, Ferreira, Figueroa, Fleytas o Fleitas, Fonte o Fontes, Fraga, Francos, Freire, Gago, Gallo o Garra, García, Garro, Gil, Goes, Gomes o Goméz, Gonsales o González, González Braga, Gonzalo, Guterres o Gutiérrez, Hernández o Hernandes, Hernández Raposa, Jorge, Juan, Ler, Leyton, Lima, Lisboa, Lobo, Lopes o López, López y Correa, López Perera, Lorenzo, Luis o Luys, Machado o Machada, Márques o Márquez, Martín, Martines o Martínez, Martinón, Manrique, Melo, Mendes o Méndez, Mercatudo, Montenegro, Muñoz, Oliveira u Olivera, Orrego, Pacheco, Padrón, Paes o Paéz, Paiva o Payva, Pelegrín, Pereira, Peres o Pérez, Perucho, Pimienta, Pinero o Piñero, Pinto, Porto, Portugués, Quiroga, Ramos, Rege o Rego, Riquel, Rocha, Rodrigues o Rodríguez, Romeu, Saa, Sanches o Sánchez, Santarem, Sanctiago o Santiago, Sarco, Sardinha o Sardiña, Silva, Sousa o Sosa, Tavares, Toledo, Torres, Vásquez, Vaz, Viejo, Viera, Vieres, Yanes o Yanis, Yañes o Yáñez, Yllanes o Illanes.  
Sobre los Apellidos Guanches (Naturales de Tenerife). Por las datas de Tenerife (1499-1525) y por los protocolos de los escribanos como Juan Ruiz de Berlanga (1507-1508), Hernán Guerra (1510-1511), Juan Márquez (1518-1521; 1521-1524), Alonso Gutiérrez (1520-1521; 1522-1525) y Bernardo Justiniano (1526-1527) conocemos los apellidos guanches. 
Algunos guanches mantuvieron sus nombres/apellidos o tomaron como apellidos los tóponimos del lugar: Abona, Adeje, Agoymad, Grantejina, Guanahana, Guanche, Guanimence, Guaniquí, Guantijama, Guanyacas, Guanyxemar, Güímar, Ibaute, Imobad, Machicao, Maritalu, Masyona, Taoro, Tacoronte, Tegueste. 
En cambio, la mayoría de los guanches, adoptaron los apellidos de castellanos y portugueses: Aday, Alonso, Alcázar, Armas, Baltasar, Benítez, Bonilla, Bueno, Catalina, Díaz, Diego, Espino, Estévez, Fernández, González, Gutiérrez, Hernández, Hierro, López, Lugo, Luis, Madalena, Martín, Miguel, Morales, Pérez, Perdomo, Portugués, Rodríguez, Sánchez, Trujillo, Vasco, Vera y Yanes.    

Autor: José Melchor Hernández Castilla.