Las campanas de la torre de la iglesia matriz de Nuestra Señora de la Peña de Francia del Puerto de la Cruz han pasado del riesgo de desprendimiento de los yugos de madera por el deterioro causado por el tiempo a incorporarse a las nuevas tecnologías del siglo XXI gracias a la habilidad y maestría del artesano relojero canario afincado en Burgos, Antonio Cano.
Las campanas de la torre de la iglesia mayor se podrán tocar por el sistema usual de la cuerda y por medio del mando a distancia. Quién iba a decir que estas piezas señeras del culto religioso cristiano y de la sociedad isleña dieran ese salto hacia la modernidad y debido a la agudeza de su restaurador que apreció el daño sufrido mientras reparaba el reloj de la torre, en el curso de una revisión rutinaria, según el mismo ha contado.
El toque o repique de las campanas de la Peña de Francia, se podrá accionar por el sistema tradicional del uso de la cuerda y por control remoto. Son las segundas en Canarias, después de la Basílica de Candelaria, que se puedan controlar vía satélite, según narra Antonio Cano. Esto implica la colocación de una pequeña antena parabólica, que no afectará al monumento histórico artístico más emblemático de la ciudad turística.
Las campanas grandes de la parroquia de la Peña de Francia fueron adquiridas en 1897, un año antes de la construcción de la torre.
Advierte que las campanas de la iglesia estaban muy deterioradas y le llamaron un día para reparar el reloj porque llevaba años que no funcionaba correctamente. “La gente se dedicaba a arreglarlo-señala-y hacía chapuzas, hasta que reclamaron mis servicios por recomendación del párroco de La Orotava, don Antonio Hernández, porque ya había reparado los cabezales de las campanas de la iglesia de la Concepción y cambiamos toda la automatización”.
La torre de la iglesia de la Peña de Francia data de 1898, pero las campanas grandes (cuatro) se adquirieron un año antes, y hay otras tres antiguas en la torre alta o cúpula más una nueva que se ha colocado. La más antigua data de 1671, pero Antonio Cano indica que la de La Orotava es de 1615 y asegurar no recordar otra con fecha anterior en Tenerife”.
La del Gran Poder de D-s pesa 650 kilos
“La campana más grande del templo -precisa-, que está dedicada al Gran Poder de Dios, pesa 690 kilos. La dedicada a Nuestra Señora de la Peña de Francia pesa 528 kilos. La del Sagrado Corazón de Jesús es de 422 kilos, y la de Nuestra Señora del Carmen pesa 275 kilos. En la parte superior las hay de 52, 68. 130 y 205 kilos, que son las pequeñas. Eso nos da una idea del peso que soporta la estructura de la torre.
Por regla general las campanas se confeccionan con cobre y estaño.
Cano explica que “los cabezales de madera de tea presentaban un problema de higiene y que al cabo de los años les han ido dando pintura que nunca ha sido retirada. Detectamos hasta un centímetro y medio de polilla. Ocurre que la madera es como una esponja, si se le pinta por fuera ya no sale la humedad y no seca. La reparación de tales cabezales ha consistido en la retirada de la pintura, lo hemos dejado secar, mediante una máquina especial, y hemos extraído el óxido y hemos sacado todas las puntas porque al cabo de cien años tiene miles de aristas, por cada una representa un punto de óxido incrustado dentro. Todos los componentes de hierro estaban oxidados, con el dedo se deshacía todo. Los cabezales han sido lijados y barnizados, posteriormente ”.
El responsable de la restauración adelanta que con las piezas del antiguo reloj, ya desmontado, se montará una exposición, para que el público aprecie al cambio que se está produciendo en la torre de la iglesia y para evitar susceptibilidades. En el proceso de limpieza del campanario se ha retirado dos contenedores de desechos orgánicos de las palomas y de restos de madera apolillada.