Joan Manuel Serrat/FOTO CEDIDA |
Joan Manuel Serrat se encuentra
actualmente inmerso en una intensa gira, bajo el nombre de ‘Mediterráneo
da Capo’ que le llevará hasta el próximo mes de abril a visitar las principales
ciudades de Latinoamérica. El cantante catalán protagonizó un clamoroso
encuentro en Tenerife el pasado sábado, a su paso por Canarias, en su citada
gira internacional.
Hace casi medio siglo ya que
Serrat se embarcó en un frágil barquito de papel en busca de nuevos horizontes
y, como en la epopeya de Ulises, también se topó con cantos de sirena, con
polifemos y cíclopes, se enamoró de bellas nausicas y circes, descendió al
hades, el infierno y, después de haber sobrevivido a aventuras y peligros,
vuelve hoy a casa, tal vez más sabio y convencido que antes.
De ahí el título del espectáculo: ‘Mediterráneo da Capo’ con el
que ha decidido desplegar velas para navegar de nuevo con su disco Mediterráneo
(1971) como el eje alrededor del cual gira este concierto con el cual el
cantautor catalán se hace a la mar.
En el viaje Serrat repasó las 10 canciones de aquel LP fundamental
donde joyas como ‘Lucía’, ‘Aquellas pequeñas cosas’, ‘Pueblo blanco’,
‘Barquito de papel’ y el mítico ‘Mediterráneo’ navegaron junto a lo mejor de su
amplísimo repertorio y alguna sorpresa musical de nuevo cuño.
Transcurrido casi medio siglo, Serrat regresa al Mediterráneo que
nunca abandonó. En tiempos de visados, fronteras y alambradas, el artista ha
tenido la feliz ocurrencia de considerar que, además de ciudadano del mundo, de
catalán, español y europeo, lo es sobre todo de su mar de cada día, de esa
patria líquida que une, más que separa, continentes, tradiciones, creencias,
colores de piel e incluso hombres y mujeres que nadan en sus playas, navegan en
sus yates y naufragan en sus pateras.
El joven Aristóteles lo dejó muy claro que hace veinticuatro siglos cuando dijo: “Existen tres clases de personas: los muertos, los vivos y los que van por mar.” Serrat pertenece a esta última estirpe.
El joven Aristóteles lo dejó muy claro que hace veinticuatro siglos cuando dijo: “Existen tres clases de personas: los muertos, los vivos y los que van por mar.” Serrat pertenece a esta última estirpe.