La asociación La Mesa del Puerto de la Cruz ya atiende a 900 familias demandantes de ayuda social procedentes de 18 municipios de Tenerife, según ha revelado su secretaria Ingrid Lüttgenau, lo que equivale a 2.800 personas, frente a las 775 y 2.225 usuarios registrados hace dos semanas.
La situación adquiere tintes dramáticos y visos de desbordar la capacidad de acción de esta organización no gubernamental, que muestra con preocupación como los compromisos adquiridos por las administraciones locales hace meses se han quedado en sólo palabras o buenas intenciones, mientras la gente sigue reclamando ayuda para comer o atender sus necesidades básicas, no sólo de la ciudad turística (el 68% de las familias solicitantes o usuarias) sino de otros municipios de la Isla.
Ingrid Lütttgenau señala que “hay gente necesitada que viene desde municipio alejados del Puerto de la Cruz, que hace cola desde madrugada para recoger entre 20 y 25 kilos de víveres y luego retorna a sus hogares después de haber efectuado hasta cuatro horas de trayecto. Recibimos y asistimos a casi 3.000 personas y lo peor de todo esto es que desde principios del pasado mes de mayo los servicios sociales no les atiende, y nos los remiten a La Mesa. Nosotros tenemos que hacer el trabajo de los servicios sociales, de control de documentación, pero se da la circunstancia de que otros municipios nos los remiten sin informes”.
“Los servicios sociales de los ayuntamientos-explica-tienen la obligación de movilizarse contra el hambre; pueden enviar gente a La Mesa, pero no para tener menos trabajo. Si bien se afirma en los medios de comunicación que hay más dinero para asuntos sociales nosotros no hemos visto nada. La Mesa necesita ayuda, empezamos con 65 familias del Puerto de la Cruz y ahora nos vemos desbordado con 900, no sólo de la ciudad turística, sino de otros municipios. El Gobierno nos prometió 1.500 euros el año pasado, y ahora los ha aumentado hasta 3.000, pero no se ha materializado ese compromiso”.
La Mesa advierte que las donaciones siguen siendo insuficientes, lo que obliga a comprar los alimentos. Cada día distribuye alimentos a 300 personas “y la comida no cae del cielo”.
La idea del proyecto La Mesa-Puerto de la Cruz consiste en recoger esos alimentos impecables en calidad, que no son aptos para su comercialización, y repartirlos entre aquellas personas que, por diversos motivos, no pueden tener los medios necesarios para el día a día y viven por debajo del salario mínimo, como pensionistas, gente en paro, madres solteras sin trabajo...
Con un euro por persona y compra, dependiendo de la cantidad de los productos que desee, que tiene La Mesa a disposición, podrán tener alimentos.