El ambiente de la noche portuense es mucho más seguro de lo que parece y de lo que se dice, según constata un estudio de la Universidad de La Laguna, realizado entre los jóvenes portuenses de entre 15 y 28 años habituales en las actividades de ocio nocturno del municipio. Este estudio es uno de los resultados del proyecto “La respuesta está en tu mano”, enmarcado en la estrategia preventiva y de inserción social del II Plan Municipal en Drogodependencias y Otras Adicciones (2007-2010) del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz .
El estudio ha sido promovido por el Servicio Municipal en Prevención de Adicciones del Área de Bienestar Social y gestionado por el Departamento de Trabajo social y Servicios Sociales de la Universidad de la Laguna, a través de su Fundación Empresa. Se trata de un proyecto de investigación sobre la tendencia del consumo recreativo en la noche de los jóvenes del municipio de Puerto de la Cruz e intervención mediante una prevención selectiva y reducción de daños y riesgos asociados al consumo de sustancias psicoactivas.
Según explicó la concejala portuense de Bienestar Social, Carmen Nieves Farráis (PSOE), el objeto de esta iniciativa es “neutralizar los factores de riesgo y vulnerabilidad social y conocer los procesos psicosociales que mantienen relación con dicho riesgo o vulnerabilidad social, así como saber la tendencia y evolución del fenómeno del consumo recreativo en la noche, para diseñar estrategias adecuadas”.
El proyecto se centra en el ámbito del ocio y tiempo libre recreativo que se desarrolla en la noche, porque según el Plan Municipal, en este ámbito, la población juvenil debe ser uno de los colectivos de intervención prioritarios en el marco del ocio y tiempo libre, al ser la calle y otros espacios naturales continuadores de proceso socializador y educativo. Las actuaciones en este ámbito deben suponer una continuidad y ser coherentes con las ya iniciadas en el entorno escolar. Las actividades preventivas destinadas al colectivo juvenil deben apoyarse en las asociaciones y organizaciones juveniles y en los profesionales que de un modo normalizado trabajan con los jóvenes. Otra de las acciones realizadas ha sido la creación de una página web que nace como una estrategia para que los y las jóvenes conozcan más sobre el proyecto de investigación que sobre las tendencias del consumo recreativo en la noche portuense y prevención selectiva y reducción de daños y riesgos asociados en la población juvenil.
Una de las principales conclusiones del estudio del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de La Laguna, es que abordar el problema de violencia entre jóvenes en espacios de fiesta requiere una perspectiva distinta a la represiva, porque hay relativamente poco que reprimir y bastante que construir. Destacan los especialistas que “la violencia resulta ser un elemento minoritario entre los jóvenes portuenses, que no hay que confundir con los conflictos, que reproducen con mayor frecuencia. Es necesario desmitificar, así como eliminar estigmatizaciones generalizadas sobre la noche y los jóvenes, acotar el problema y entender que estamos ante una actividad que opera como eje socializador imprescindible en el modelo social que impera actualmente”.
La imagen de inseguridad y violencia que se ha querido ver en los espacios de ocio nocturno de Puerto de la Cruz no se comprueba en el estudio. “Más bien –puntualizan los técnicos- parece existir un sobredimensionamiento tanto del fenómeno como el de los estereotipos violentos. La violencia entre los jóvenes cuando se produce (hay que insistir en su carácter minoritario), suele mantener relación con tres dimensiones: la relación foráneos- grupos establecidos; excluidos–grupos establecidos e inter o intra grupos establecidos. Agregan que los casos de violencia asociados al consumo no parecen ser relevantes, reduciéndose a casos aislados que no producen alteraciones en el orden natural de la noche. A los locales de la noche el botellón no les ha afectado, pues al final, los jóvenes acaban acudiendo a los mismos, aunque muchas veces en un estado de excesiva intoxicación.
“Como conclusión podemos decir que durante el curso de la noche no existen episodios relevantes que comprometan la seguridad. Los jóvenes durante el fin de semana básicamente buscan sus espacios de ocio, específicos para jóvenes y alejados de la mirada de los adultos; Se observa una rutinización en sus espacios de ocio nocturno, centrados en espacios abiertos (explanada, botellón, etc.) o bien espacios cerrados (pubs, discotecas, bares).
Consumo
En cuanto al patrón de consumo de sustancias se indicar que está igualándose entre chicos y chicas. Aunque lo que inspira el consumo tiene proyecciones con una marca diferencial. Si bien en la población femenina que consume, se hace eminentemente para desinhibirse y llegar al “punto”, en la población masculina se da un consumo destinado al flirteo, entre otras cosas. Otro dato importante es el hecho de que aunque existe un consumo de diferentes sustancias como cannabis, cocaína alcohol, no se verbaliza en el discurso pero si se constata de manera visual, sobre todo, en el consumo de alcohol y cannabis.
Los entrevistados en el proyecto ‘La respuesta está en tu mano’ manifiestan que empezaron a beber junto con los amigos entre los 14 y 16 años y en ese mismo rango de edad es cuando se produjo la primera borrachera. Reconocen que la práctica del botellón es una alternativa al alto precio de las bebidas dentro de los locales.
Incidentes
Del estudio se desprende que son los menores de edad los que provocan mayores altercados en la noche, tanto en los espacios públicos como en los locales. La violencia asociada a los jóvenes y en especial en los espacios en que estos acuden a divertirse, genera una elevada sensación de alarma en amplios sectores de la población. No deja de haber incidentes en los espacios de diversión de los jóvenes. Pero también es cierto que muchos de ellos son el producto de pequeñas riñas entre individuos o grupos y no el resultado de una agresión con fines delictivos.
Al mismo tiempo que los jóvenes agradecen la presencia policial como elemento de protección y seguridad, se registra sin embargo un escaso número de denuncias. Ello puede ser debido a muchas razones entre las que destacamos: la capacidad de autogestión de los conflictos ente los mismos jóvenes, miedo a las futuras venganzas, escasa confianza en la intervención policial una vez desencadenado el conflicto.
Los actos violentos cuando aparecen suelen ser de baja intensidad y cuando aparecen suelen seguir procesos pautados. Se inician con actos no siempre voluntarios, posibles malentendidos o provocaciones (reales o imaginados) y prosiguen con una escalada de agresiones verbales agresivas e intercambio de insultos, para finalizar en agresiones físicas, a las que de hecho se suele llegar muy raramente.
Desmasificación
A juicio de los especialistas, la policía y las autoridades locales no deben limitarse a acotar o acordonar las zonas de ocio, elaborar ordenanzas municipales, poner alumbrado, poner cámaras de seguridad o mayor presencia de la policía en los espacios de ocio nocturno. “Estas medidas pueden ser útiles atendiendo al contexto, pero deben ser complementadas con formas viables de desmasificación de zonas y de integración del ocio en el tejido urbano y de creación de espacios polivalentes dotados de los servicios tanto públicos como privados que reúnan condiciones adecuadas”.
Según los especialistas de Trabajo Social de La Universidad de La Laguna, sería conveniente instar a las administraciones locales para regular mediante ordenanza municipal el acceso de los jóvenes a los establecimientos de 24 horas donde puedan adquirir bebidas alcohólicas. Asimismo, es necesario que las instituciones establezcan hábitos de ocio saludable que favorezcan y potencien el bienestar y minimicen el consumo de drogas para que el ocio entre los más jóvenes se convierta en un elemento que responda a sus necesidades así como la de sus padres. Así pues, este hecho pueda tener una continuidad, respetando en todo momento la cultura juvenil con todos sus elementos.
Fuente. Ayuntamiento del Puerto de la Cruz