El Partido Popular Europeo continúa defendiendo al sector agrícola. En este caso, se trata del sector arrocero, que viene sufriendo por las importaciones de arroz producido a bajo coste en terceros países, sin cumplir los requisitos que enfrentan los arroceros europeos y favorecidos con aranceles mínimos o inexistentes, según se desprende del informe difundido por esta organización.
La situación se agrava por las exenciones arancelarias permitidas en el Sistema de Preferencias Generalizadas, un mecanismo europeo que elimina o reduce, de manera unilateral, los aranceles de los productos que provienen de terceros países.
Esta regulación contribuye al objetivo de la Unión Europea de ayudar a países en vías de desarrollo. El eurodiputado Gabriel Mato recuerda que: "Este mecanismo es unidireccional, es decir, la Unión Europea permite a estos países exportar al mercado europeo con cero o con arancel reducido, pero los productos europeos siguen siendo gravados con aranceles cuando son exportados a los mercados de estos países beneficiarios".
Las negociaciones para su reforma llevan en marcha desde 2021, cuando la Comisión publicó su propuesta de reforma de este reglamento. Un punto fundamental del mismo, es la reforma del sistema de salvaguardas, medidas que - en principio - deberían activar la protección arancelaria si se detecta la entrada de cantidades excesivas de un determinado producto. Sin embargo, el sistema no está funcionando.
Según informa el eurodiputado Gabriel Mato, una de las claves para el Grupo EPP ha sido reforzar las cláusulas de salvaguarda automática en caso de que las importaciones de países terceros sobrepasen un determinado umbral e incluir el arroz como producto sensible en ellas.
Desde la presentación de la propuesta de la Comisión se han conseguido algunos hitos como la aprobación en la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, en mayo de 2022, del informe en el que se incluye el arroz en esta salvaguarda automática.
Como se indica en una carta dirigida por el europarlamentario a diversas organizaciones agrícolas: "...Después de 7 trilogos durante la presidencia sueca, que fueron un completo fracaso por una actitud negociadora completamente inflexible del Consejo, y tras la presidencia española del Consejo durante la cual ni siquiera se intentó impulsar nuevas negociaciones, hace una semana, el Consejo reavivó este informe".
Finalmente, el 14 de marzo, se esperaba que hubiera una última negociación para desatascar la situación antes de que finalice la legislatura. No obstante, al conocerse que el Consejo no pretendía incluir ningún tipo de protección al sector arrocero, el eurodiputado Gabriel Mato y otros ponentes en la sombra, se mostraron firmes en su defensa del sector, lo que obligó a la presidencia belga a anular las negociaciones, pues el Consejo no estaba dispuesto a ceder en este punto.
Tal y como ha expresado el europarlamentario: "estamos totalmente a favor de colaborar con estos países y seguir favoreciendo su desarrollo, no obstante, no podemos hacerlo a cualquier precio, por ello seguiremos defendiendo el sector del arroz europeo. Nuestros agricultores merecen ser respetados y no traicionados. Es nuestra responsabilidad, como legisladores de la UE, garantizar la producción europea de arroz. Se trata de un producto básico para la dieta de los ciudadanos europeos y su producción, a nivel europeo, garantiza la sostenibilidad, la biodiversidad y el empleo local".