28 abril 2020

El postCovid-19

El Coronavirus mostrará lo mejor y lo peor de la especie humana. Las pandemias pasadas agudizaron el ingenio y se superaron. Sin embargo, esta plaga, que ya afecta a tres millones de personas y causado más de doscientas mil muertes en el mundo, es la más agresiva de lo que va del Siglo XXI, primero debido a la rapidez de propagación en un mundo globalizado, y la reacción tardía de los gobiernos desde las primeras advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, principalmente de las autoridades locales donde se origino el foco, en Wuhan, China. Un mal que se ha extendido por el Planeta, también por haberse minimizado su agresividad y peligrosidad, en determinados países que no vamos a citar ahora, pero de todos sabido.
Un virus que amenaza a la Humanidad en todos sus aspectos si no se encuentra un remedio. De hecho, ya provoca una merma en las economías mundiales y que podría empeorar en el futuro si no se ataja convenientemente y se toma en serio, por la población, de este riesgo evidente.
A pesar de aprender de los errores y de los avances científicos y tecnológicos a lo largo de las últimas generaciones, no nos valió para ser mejores, más sabios, generosos, compasivos y respetuosos con nuestro entorno, en suma, con nosotros mismo, como especie humana, y en vez de cumplir la sagrada misión de proteger y salvaguardar  la vida en el Planeta, la pisoteamos con nuestra soberbia y prepotencia, añadiendo más sufrimiento a nuestros semejantes y al resto de los seres vivos de la Creación.
La crisis está aún por llegar, nos acechan nuevos peligros, y los retos del postCovid19 deberían en centrarse en reflexionar sobre lo qué hemos hecho mal y cómo enmendarnos, para prevenir y actuar atino cuando lleguen otros episodios como los que estamos padeciendo.
La Humanidad está a tiempo de corregir su comportamiento, las naciones del mundo deben unirse para mejorarlo, dejar atrás sus atavíos bélicos y territoriales, ahondar en una economía expansiva y mancomunada, de colaboración y progreso para el bien común, sin necesidad de renunciar a la competitividad que contribuya a avanzar, evolucionar y mejorar. 

Fuente: Editorial de LA GATERA.info