El Likud, del primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, se proclama con el ganador de las recientes elecciones generales en Israel, pero sin alcanzar la mayoría absoluta para formar nuevo gobierno, con lo que se abre un período de negociación entre las formaciones más afines en el espectro conservador y religioso. Así las cosas, el Likud habría obtenido 36 escaños, de los 120 de la Kneset o Parlamento de Israel, muy lejos de la mayoría absoluta fijada en los 61 escaños. Azul y Blanco habría obtenido 32 diputados.
Según las últimas noticias, la suma de los diputados obtenidos por el Likud, nacionalistas y religiosos sería de 59 mandatos, a sólo dos de la mayoría requerida para formar gobierno y romper el bloqueo que dura meses y que se ha saldado con tres comicios hasta ahora.
Habrá que esperar a la proclamación oficial y definitiva de los resultados electorales para hacer una valoración más exhaustiva del panorama político que se vislimbra a partir de ahora, al confirmarse la hegemonía del Likud frente a la formación centrista Azul y Blanco, de Beni Ganz. Un actor importante en el escenario político israelí es el líder del partido Israel Beitenu, Avigdor Liberman.