29 enero 2018

El profesor Javier Morillas ve todavía riesgos en la economía española a pesar del crecimiento



 El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad San Pablo-CEU, Javier Morillas Gómez, señaló en la reciente presentación de su nuevo libro en Madrid recogiendo los más de 160 últimos años de evolución de la economía española que aún “sentimos la fragilidad de mantenernos sobre una crisis de deuda, a pesar del crecimiento envidiable de España. El reto del actual gobierno “nos recuerda retos como los enfrentados por Fernández-Villaverde, Larraz o Fuentes Quintana.


Durante su estancia en el Puerto de la Cruz, con anterioridad a las pasadas fiestas de Navidad y Año Nuevo, glosó aspectos de su nuevo trabajo “De Isabel II a Felipe VI. El Economista, más de 160 años de la Economía de España”, publicado por Planeta-Deusto.
El profesor Morillas puso de relieve que “con medidas tan innovadoras y potentes como la Ley de Pago a Proveedores, la factura electrónica y el FLA, entre otras, hay que reconocer al ministro Montoro que haya protagonizado el control de cuentas de la Generalitat en una de las pocas y más directas implicaciones de carácter técnico y económico llevada a cabo contra el proceso golpista de Barcelona. Medidas cuya trascendencia quizás también necesitemos tiempo para valorar”.

Una destacada “Marca España”

En este sentido, subrayó que “El Economista, nacido en 1854, casi coetáneo con The Economist constituye una fuente de conocimiento económico y en este sentido es un activo y yo diría que patrimonio de la sociedad española. Un instrumento de su tejido productivo y de sus fuerzas económicas y sociales. Una destacada “marca España” en la era digital”.
Indica que su libro nunca pretendió ser simplemente la historia de un periódico económico, y que de hecho, uno de sus títulos alternativos era “Más que 160 años de la economía de España”. Y señala “que los saltos en el vacío, la ruptura de las cadenas de custodia y memoria en muchas de nuestras instituciones, incluidas las de la sociedad civil española, han facilitado la pérdida no sólo de valores, sino de referentes, de experiencias, pautas de comportamiento, personas, cuyo esfuerzo también hemos intentado recuperar y poner en valor.  Sus textos se prestaban más que ningún otro medio, a un análisis paralelo de la evolución económica española en estos casi 200 años. Aunque solo fuera por disponer de su crónica y de unos impulsores de excepción como los que desde su inicio lo lideraron”.
El catedrático de Economía Aplicada se refirió al actual editor de la publicación Alfonso de Salas, que ha tenido el mérito de haber sabido resistir la reciente gran recesión.

“En el libro mostramos como las crisis y los periodos alcistas del ciclo económico  en nuestro país están ligados a la estabilidad institucional, que tanto hoy debemos preservar.  Salió a la calle el 2 de mayo. No es extraño. También el PSOE nació en esta fecha.... Con todo el simbolismo que ese día arrastró durante el XIX.  Y es que sus primeros impulsores Hernández Amores y  López Somalo habían bebido del pensamiento ilustrado de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de su Murcia natal; de su profundo carácter liberal, reformista, constitucionalista y patriótico. No en vano aquella fue la región de España que constituyó la primera Junta frente a Napoleón, nombrando jefe supremo al ya entonces venerable conde de Floridablanca allí retirado, que prestó de esta forma su último servicio al país”.


Frutos de la hegemonía inglesa y expansión económica

Morillas explica que “El Economista, junto al The Economist, nacido en 1843, son las dos primeras cabeceras de tal nombre surgidas en Europa. Lo que tampoco es extraño, dado el relevante nivel de relaciones personales y oficiales -reflejados en el libro- trabadas entre España e Inglaterra en las décadas anteriores. Luego surgieron L’Economiste Francais y otros. Si The Economist podemos decir que era el fruto temprano de un periodo de crecimiento posibilitado por la hegemonía inglesa tras Waterloo, El Economista surge con la expansión económica que posibilita el comienzo del reinado de Isabel II.  Eran los años de las nuevas leyes de bancos y ferrocarriles, tras la reforma tributaria de Mon y Santillán; tras la lenta recuperación de una muy larga y penosa postguerra: la de "1808-14", que El Economista valora en todo lo que tuvo de consecuencias funestas para la economía española... entre otros el fenómeno del contrabando ...Porque España, al contrario que Inglaterra e incluso Francia, había sufrido en su suelo los desastres de una «guerra total» antinapoleónica de 6 años, con  una devastación sin precedentes. Prácticas de rapiña, tierra quemada, incautación de cosechas, ganados, tesoros de las iglesias, destrucción de todas las fábricas pioneras de la industrialización española del XVIII. "Guerra eterna" había gritado Martínez de la Rosa. De ahí que cuarenta años después hay ya un cierto sosiego económico fruto del reactivado ahorro intergeneracional y una cierta nueva acumulación de capitales, que siempre serían escasos para doblegar nuestra endiablada orografía”. 
El libro recoge todo el sufrido proceso de construcción de ferrocarriles en España, y la evolución posterior como la salida de la crisis de 1898, la gran depresión de 1931 que conduce a la guerra civil europea 1936-1945, y hasta la entrada de España en la UE y la introducción del euro.