El refugio internacional de animales del Puerto de la Cruz tiene sus días contados después de casi 32 años de historia si se aplica el acuerdo de desahucio adoptado por unanimidad por el pleno de la corporación, que establece un plazo de ocho días, a partir de su entrada en vigor, a la asociación que lo rige actualmente.
El refugio internacional de animales del Puerto de la Cruz tiene sus días contados después de casi 32 años de historia si se aplica el acuerdo de desahucio adoptado por unanimidad del pleno de la corporación, que establece un plazo de ocho días, a partir de su entrada en vigor, a la asociación que lo rige actualmente. La salida precipitada del recinto actual supondrá un perjuicio económico de 35.000 euros para la entidad que lo sostiene, y se advierte de la lejanía de los albergues existentes actualmente en la Isla, de ahí la urgencia de disponer de un marco de colaboración con las instituciones mediante convenios, pero, particularmente, con el ayuntamiento del Puerto de la Cruz. La corporación declaró extinguida la situación precaria de ocupación del Refugio Internacional de Animales en el solar municipal de Punta Brava y requiere a la entidad rectora a que, en el plazo de ocho días, contados a partir de la notificación del acuerdo plenario del pasado mes de junio, para que proceda al desalojo del dominio público. El pleno ordinario del ayuntamiento del Puerto de la Cruz acordó el 31 de enero de 1977 acceder a la solicitud presentada por Penélope Elizabeth Chandler, en nombre de la Asociación Protectora de Animales y Plantas y, en consecuencia, encomendar a la misma la administración y funcionamiento para perros de propiedad municipal en Punta Brava. El marco del convenio de colaboración suscrito entre el ayuntamiento y el Cabildo de Tenerife para la ejecución de las obras comprendidos en el proyecto de variante urbana a la carretera insular TF-1.323, tramo Puerto de la Cruz C-820, se hace necesario disponer de los terrenos que ocupa la perrera municipal, según consta en el expediente incoado por el área de Administración Financiera. En el informe se especifica que la parcela donde se ubica el citado refugio se encuentra clasificada en el inventario municipal como bien de dominio público con el número de orden 911, terrenos que fueron expropiados para la construcción de la estación depuradora y calificados urbanísticamente como zona especial, verde de protección y viaria; afectados, además, por la servidumbre de la zona marítimo terrestre. En el expediente figura un informe de 13 de junio de 2006 del agente sanitario municipal, según el cual la actual ocupante de la perrera es la Asociación Refugio Internacional para Animales de Punta Brava, sin que “conste en el ayuntamiento autorización para la cesión a la misma. La administración argumenta que la Asociación Protectora de Animales y Planta no está inscrita en el registro municipal de asociaciones, por haber cesado su actividad. La asociación, que preside Inger Rogn Jacobsen cuenta en la actualidad con 60 socios nacionales y residentes extranjeros y depende, en gran medida, de recursos propios procedentes de las cuotas, captaciones de fondos y donaciones. Cada integrante de la sociedad aporta 30 euros al año, una cantidad, a todas luces, insuficiente para el sostenimiento del albergue que atiende a 55 perros exclusivamente. No obstante, según explica su responsable, se registran donativos cada mes de particulares y entidades, pero se cuenta con la colaboración especial de la Fundación Saga Roos y de Loro Parque. Inger G. Jacobsen explica que la mayoría de los perros acogidos en el centro habían sido abandonados por sus anteriores dueños, pero se da el caso de que “recibimos canes pertenecientes a personas mayores que por circunstancias no pueden atenderlos en sus casas o no tienen familia. A veces nos encontramos perros atados fuera del refugio por la noche o deambulando por la ciudad. La mitad de los perros que ingresan en el refugio proceden del Puerto de la Cruz, mientras que el resto se reparte entre los municipios del Valle de La Orotava (Los Realejos, La Orotava y Santa Úrsula)”. Cuando un perro llega al Refugio Internacional de Animales se le somete a un examen veterinario, y se adoptan todas las medidas de higiene y salubridad. “Lo desparasitamos, bañamos y vacunamos-agrega-y cuando, por alguna causa tiene problemas de salud lo llevamos al facultativo. Cuando se cumplen todos los requisitos sanitarios lo damos en adopción a un nuevo dueño, que, por cierto, tiene que abonar una cuota”. El pasado año fueron adoptados 160 perros. No obstante, hay un equilibrio entre las entradas y salidas, aunque siempre hay algunos que se quedan. La presidenta del Refugio Internacional de Animales, Inger G. Jacobsen, ha mostrado su preocupación por las repercusiones de un desalojo precipitado de las instalaciones sin encontrar un alojamiento alternativo. Las negociaciones con el ayuntamiento no han prosperado en la medida de lo deseado y la sociedad se enfrenta a un desahucio de la perrera porque se encuentra situada en suelo municipal, que ha sido reclamado por el ayuntamiento. Como solución, según explica, la administración local portuense había ofrecido un emplazamiento provisional en Güímar, pero que se considera muy alejado. El refugio de la asociación Ana María Peñalver está lleno. Apunta que “nosotros prevemos adquirir una finca en San Juan de la Rambla para el nuevo refugio, con la ayuda de la fundación Saga Roos. El proyecto se publicará en el Boletín Oficial de Canarias, y aguardamos el dictamen sobre el estudio de impacto medioambiental de la Consejería de Política Territorial, que nos ha costado mucho dinero. Una vez que tengamos la calificación podremos acometer las obras, la fundación nos aportará los fondos para la compra del suelo, valorado en 216.000 euros. El Loro Parque nos ayudará con 100.000 euros para la construcción del albergue. Si bien aún no disponemos del terreno, si contamos con el compromiso del propietario de que nos lo venderá”. El Refugio Internacional de Animales del Puerto de la Cruz recurrió, en su momento, una anterior orden de desalojo dictada en el mandato precedente, y hace unos meses presentó alegaciones contra una resolución similar de la actual alcaldesa, y ahora afronta un acuerdo unánime del consistorio que exige el desmantelamiento del albergue, que también será recurrido. Hasta el pasado martes, no se había recibido comunicación oficial de la orden de desalojo. Inger G. Jacobsen destaca los esfuerzos efectuados ante las diferentes administraciones públicas y alude a las conversaciones mantenidas con el presidente y el consejero de Agricultura del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior y José Joaquín Bethencourt, para articular una calificación territorial que permita el emplazamiento de una perrera en el Norte de Tenerife. El ayuntamiento del Puerto de la Cruz sufraga los gastos de abastecimiento de agua potable, electricidad y limpieza de la fosa séptica, según aclara la presidenta del Refugio Internacional de Animales. En circunstancias normales el refugio alberga a 100 perros aproximadamente, aunque sólo tiene capacidad para 75. En cada jaula habitan, como máximo, dos perros, con una cobertura de cuatro metros cuadrados. Cada mes se esterilizan cinco perras de promedio. Sólo se practica la eutanasia a aquellos canes con enfermedades irreversibles o por agresividad continuada. Cada perro sale, “con suerte” una vez cada dos semanas, algunos, quizás, sólo una vez al mes. Inger G. Jacobsen pone el dedo en la llaga al referirse a estos animales, “los perros que son recogidos en el refugio llegan en unas condiciones pésimas, lo que implica un enorme gasto en veterinarios. Hemos encontrado perros en cubos de basura, en los montes, en los barrancos, atados durante toda su vida, desnutridos, quemados, atropellados y maltratados”. “Nuestra prioridad-señala- consiste en proporcionar comida, cuidados y todo nuestro cariño a todo perro que entra”.
La primera teniente de alcalde-delegada de Urbanismo del ayuntamiento del Puerto de la Cruz, Eva Navarro, explica, por su parte, que los perros acogidos en el Refugio Internacional de Animales pertenecen a una entidad privada, y destacó las iniciativas emprendidas para alcanzar un acuerdo con los responsables de la asociación sin que se alcanzara un resultado satisfactorio. “Nosotros no tenemos potestad sobre los perros-añade-y son ellos quienes tienen que buscar una solución. No obstante, en el caso de que no pudieran por si mismo, nos encargaríamos de buscar una atención para los perros, tal como se ha puesto de relieve en conversaciones previas con el área de Sanidad”. Navarro deja claro que el ayuntamiento no tiene nada que ver con el Refugio Internacional de Animales, aunque sí presta un servicio de recogida de animales, en cooperación con perreras comarcales. El ayuntamiento del Puerto de la Cruz tiene la competencia de la recogida de animales abandonados en su demarcación y llegado el caso del desahucio, se podrá hacer cargo de los perros acogidos en el refugio, siempre que la asociación lo estime oportuno.
13 julio 2008
Una vida de perros
Perros entre rejas por abandono de sus dueños