L. Soriano _________ Quién diría que don José Blanco hiciera bueno a Alfonso Guerra, y que la Patín Leire hiciera que añoráramos con fervor y emocionado recuerdo al don. Tancredo de la Política. Por sabido se da, que cuando de Goebbels se habla, se intenta describir a un ser sectario, falso, manipulador, histriónico y propagandista de los peores instintos del ser humano, elevándolos al rango de “verdades” o consignas, según el caso. Acabo de ver el video clase “Dobermann”, que ya tardaba, y me dispongo a hacer las maletas. Y es que lo peor de todo esto no es que hayan Henrys Moores, ni Almodóvares narrando golpes de Estado, ni Jefes de Estado alabando a Presidentes “calenturientos”, ni Lucas Brassis dispuestos a todo, de todo, lo que sea, no, lo peor es que crean que sus huestes son esbirros a los que se les echa carnaza podrida, basura hedionda, deshechos descompuestos, heces pustulentas y se la tragan sin rechistar. Se alimentan de ella y la defecan – parte-, tras una corta digestión emponzoñarte que les contamina el “cerebro”, y las redes y tejidos sensoriales más instintivas y pasionales. ¡Cójelo, canelo! ¡Cómetelo! |