14 marzo 2008

FIRMA INVITADA

Respuesta ... Proporcionada
L. Soriano___________________________
Vivimos en un país peculiar, con unas leyes peculiares, con unos medios de comunicación peculiares, y con una idiosincrasia peculiar. Las armas están prohibidas para la inmensa mayoría de los ciudadanos, y son prácticamente imposibles de encontrar. Sin embargo, los ladrones, asesinos y delincuentes de cualquier nivel, tienen las que necesitan. Supongo que no hará falta que sea más preciso para que quienes presten algo de atención a lo que ocurre, sepa de dónde provienen y quién las suministra. Yo no puedo avanzar más en este tema, y dejo a su sentido común la solucion del enigma envuelto en una adivinaza. Si alguien nos amenaza en nuestra casa, o a nuestra familia con un cuchillo, no podemos defendernos con una pistola o escopeta, ni de caza, y tampoco que podamos defendernos está claro, depende quien te toque, que la nebulosa es empanada. Por la dichosa proporcionalidad de la respuesta. Y, ¿a dónde quiero llegar? Pues que ni en política ni en convivencia, ni mucho menos teniendo que bregar con terroristas, asesinos o fundamentalistas, podemos rebajar la mencionada proporcionalidad. Hay que atacar al bicho, con sus mismas armas, con sus mismas artimañas, con sus mismas marrullerías, con sus mismas guerras sucias, o conseguiremos poco, o tardaremos mucho. Garantistas, favorecedor escrupulosos de derechos humanos, amables y dialogantes, sí, pero cociéndonoslas con papel de fumar y siendo exquisito con los asesinos, repito, no se suele más que envalentonarlos y en cualquier caso, el camino es tan largo y llenos de mas tragedias, que no debemos confundir, la firmeza y la aplicación estricta de la ley, con la represión. Hay una anécdota muy simpática del Semanario Francés – creo – El pato encadenado, que reflejaba una viñeta donde a un matrimonio le estaban robando y como la mujer gritaba, el marido le espetó. ¡Calla, no grites y no te quejes, que le haces el juego a la derecha! Claro, confundir a una policía represora con una policía democrática es normal en los amamantados por la estrella roja y sus sucursales más sangrientas. Para ellos es lo mismo, y pretenden con democracia llegar a sus objetivos. Les falló Lenin y Stalin, y el camino de Gramsci, y sé que me repito, es muy largo y nada seguro. Trotski, el actualísimo Nin, Ramiro de Maeztu, Muñoz-Seca, y cientos de filones están ahí gritando para que no les olvidemos. Pues no, el socialismo no se consigue, ni a él se llega sin acallar a la oposición, cerrar los medios no afines, controlar los centros de enseñanza, las asociaciones más relevantes, las instituciones más conspicuas, controlar a los jueces, a los funcionarios privilegiados, los medios de producción, los destinos de las subvenciones , los fondos públicos políticamente dirigidos y las empresas energéticas o estrategicaza más tardee no se impone sin poner tragedias y muertitos, a veces muchísimos muertitos. Nunca por la vía democrática, limpia y competitiva. No está en su naturaleza. Así pues, no se compite con el Socialismo con el “paso de página”, con el “espíritu del cambio”, con el no bajar a limpiar cloacas, ni a fumigar mazmorras, ni a destripar archivos, ni a demoler “durmientes”. O usamos la proporción debida o acabarán implantándonos el chip a muchos. Vayan despertándose y protegiéndose, o a leer ciencia ficción, la más increíble, que a eso es a donde llegaremos con estos experimentos sociales en los que somos los conejillos y ellos los Méngueles. A reflexionar.