Parece que fue ayer, pero la realidad es que las urnas llaman de nuevo a nuestras conciencias y al intelecto. En un abrir y cerrar de ojos se han esfumado cuatro años de mandato y una nueva campaña electoral está en ciernes. El Puerto de la Cruz tiene una excelente ocasión para decidir qué rumbo quiere tomar en el período 2007-2011, optar por el continuismo o por la renovación, como, en principio, se pudiera interpretar por los mensajes de quienes desean conservar el poder o de quienes pretenden alcanzarlo, de acuerdo a las reglas del juego democrático.
Ocho partidos se disputarán la alcaldía el día 27 de mayo, y sólo el resultado del escrutinio nos dirá quién o quiénes gobernarán a partir de la constitución del nuevo Consistorio. Como favoritos parten
Coalición Canaria y
PSOE, si nos atenemos a que fueron los partidos más votados en 2003, con la salvedad de que fue la formación nacionalista quien ganó los comicios al obtener 10 concejales, que aspiran a gobernar con mayoría absoluta.
El PSOE está en la tesitura de recuperar la mayoría absoluta, con la novedad de que presenta a una mujer,
Lola Padrón, que podría ser la primera alcaldesa de la historia de la ciudad, pero eso podría ocurrir también, con el Partido Popular, que presenta por segunda vez a
Eva Navarro, que aspira a regir los destinos del municipio. En esta carrera por el despacho de la calle Santo Domingo, compiten Izquierda Unida, Los Verdes, CCAN, CCN.
Marcos Brito presenta como aval su dilatada trayectoria política y el conocimiento de los entresijos de las administraciones local e insular.
Los partidos mayoritarios con representación municipal CC, PSOE y PP han puesto a pleno rendimiento su maquinaria propagandística y no escatiman esfuerzo por convencer al electorado de que sus respectivos programas son los mejores y los más adecuados para el progreso y bienestar. Sus recursos son muy superiores al resto de las formaciones, a excepción del CCN, una formación que ha irrumpido en el Archipiélago, en Tenerife, especialmente, con una fuerza inusitada.
Los ciudadanos, libremente, son los que deciden, si quieren más de lo mismo hasta ahora, con sus logros y errores, o renovación, con la incertidumbre que implica todo cambio, que no siempre es en dirección ascendente. De ahí la conveniencia de invocar un ejercicio de responsabilidad cívica y acudir a las urnas y decidir en conciencia, con pleno conocimiento de causa, que permita mirar hacia el futuro, pero sin perder de vista el pasado.
Ahora empieza la campaña electoral. En esta carrera, sólo cabe decir, que gane el mejor, que gane el
Puerto de la Cruz.