Miles de desconsoladas viudas y viudos despidieron el Carnaval en el Norte de Tenerife (Islas Canarias-España) en multitudinarios entierros de la Sardina. El miércoles de Ceniza, según el calendario litúrgico cristiano, marca el inicio de la Cuaresma, la cuenta de los 40 días que restan para la Semana Santa, y el fin del Carnaval propiamente dicho.
Pero, en este caso, no finaliza, sino que se toma un cierto respiro, como en el Puerto de la Cruz, donde la apoteosis está por llegar y que tendrá lugar en su tradicional coso del próximo sábado de Piñata, precedido por el certamen Mascarita, ponte tacón, y de la recepción a la comitiva del Carnaval de Dusseldorf, el viernes. La Sardina adquiere diversas formas como es el caso de La Orotava, donde se encarna en Don Crispín; en Los Realejos, en el señor Rascayú; en La Perdoma, en el Tío Pepe; y en Garachico, en Sansusino.
El Carnaval Internacional del Puerto de la Cruz disfrutó anoche de una de sus jornadas más coloristas con fondo en negro con el entierro de la Sardina. La quema de ese pez gigante, salido de la carpintería municipal, encontró en el fuego su última morada, en loor de multitud en la pequeña playa del muelle pesquero.
Cientos de personas se sumaron a la celebración, presidida por las autoridades locales. Un acontecimiento que contó con la asistencia del alcalde, Marcos Brito Gutiérrez, la Reina del Carnaval 2007, Cathaisa Oramas, y su corte de honor, y l concejal de Fiestas, Juan Carlos Marrero, entre otros.
Don Crispín, Tío Pepe, Rascayú y Sansusino acapararon las numerosas manifestaciones de “duelo” y “pesar” de sus deudos en los principales núcleos de concurrencia de La Orotava, La Perdoma, Los Realejos y Garachico. Pero no todo acabó ahí, sino que en otras localidades también hubo expresiones festivas propias del Miércoles de Ceniza o comienzo de la Cuaresma, la despedida de Don Carnal y el advenimiento de Doña Cuaresma.