La hija de uno de los náufragos lee una poesía durante el homenaje
El muelle pesquero del Puerto de la Cruz volvió a repetir el pasado domingo las escenas de dolor y emoción por la pérdida de los tres marineros en un naufragio ocurrido en alta mar el 22 de julio de 2006. Un primer aniversario que coincidió con la embarcación chica organizada por la Cofradía de Pescadores y que en esta ocasión reunió a unas 4.000 personas en torno a la dársena pesquera y entorno de las calles de La Marina y Santo Domingo, así como en la explanada del parque marítimo municipal.
Los familiares y amigos de siempre de aquellos tres marineros entrañables Antonio de la Coba, Agrícola Pedro Santos y Luis González Avellaneda rindieron un sentido homenaje al cumplirse el primer aniversario de su última singladura por la Mar Océana, con la lectura de una poesía a cargo de la niña Raquel, hija de Luis González Avellaneda, uno de los marinos desaparecidos, y una ofrenda floral en la capilla y playa del muelle pesquero. En este acto se hallaban presentes, a título particular, los concejales de la Corporación, Eva Navarro; María Jesús Ferrer, Ángel Jonay Rodríguez, Domingo Yanes, José Serrano, y Luis Miguel Rodríguez.
Como se recordará los marineros desaparecidos habían zarpado del Puerto de la Cruz en la embarcación Taoro II, a las 6,30 de la madrugada rumbo a La Gomera, para pescar, pero se les perdió el rastro tres horas después de una conversación telefónica con sus familiares que tuvo lugar a las 11,30. Desde la noche del domingo 23 de julio, cuando se observó que no habían llegado, se emprendió una frenética búsqueda por mar y aire, pero todos los esfuerzos fueron en vano. Que se recuerde hasta entonces, nunca se había efectuado una labor de rastreo marítimo y aéreo como el practicado para localizar a los náufragos en aguas canarias, se emplearon medios tan sofisticados como el avión Orión, en coordinación con el Departamento de Salvamento Marítimo, y con la intervención de una fragata de la Marina. El entorno de los familiares e instituciones públicas y privadas se movilizaron para incrementar los medios técnicos y humanos para la búsqueda de los pescadores, se efectuaron varias concentraciones en torno al muelle para concienciar a la ciudadanía y a las autoridades del drama que se estaba viviendo y que aún sigue latente porque todavía no han regresado estos marineros.
La emisora estaba equipada con instrumentos avanzados de navegación y los tripulantes disponían de teléfonos móviles.
Las gestiones fueron tan intensas que se llegó a conseguir la mediación de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que Estados Unidos desplegara un guardacostas para rastrear en la Corriente del Golfo hacia el Mar del Caribe, pero también resultó infructuosa.
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