La recolección de recursos filogenéticos
es esencial para la pervivencia de la agricultura
El profesor Jesús Cuartero participó en la primera jornada del
Simposium Internacinal sobre Conservación de la Biodiversidad Agrícola.que se celebra en el Puerto de la Cruz
La primera jornada del Simposium Internacional sobre Conservación de la Biodiversidad Agrícola, organizada por el Cabildo de Tenerife y Germobanco Agrícola de la Macaronesia en Puerto de la Cruz se ha centrado en la importancia de la recolección y conservación, en bancos de germoplasma, de recursos filogenéticos para la mejora de las especies cultivadas, sobre todo cuando, en la actualidad, se está perdiendo una gran cantidad de suelo agrícola.
La conferencia inaugural estuvo a cargo del profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Coordinador de Ciencias Agrarias del citado organismo, Jesús Cuartero. Durante su intervención habló de la irrupción en el mercado de cultivares muy productivos, con resistencias a plagas y enfermedades y con características apropiadas a los requisitos del mercado actual. Estos han llevado casi a la desaparición de las antiguas variedades que estaban muy bien adaptadas a los ecosistemas agrícolas pero con una productividad menor y menos homogéneo. El cambio de uso de las tierras, bien por abandono de cultivo, bien por tierras agrícolas que pasan a ser urbanas y dedicadas a ocio y deporte, favorece también la pérdida de los ecosistemas agrícolas donde se cultivaban las variedades tradicionales.
En estas condiciones, la recolección y conservación de los recursos fitogenéticos es una tarea de importancia capital a nivel mundial ya que con ello se preserva tanto la variabilidad natural como la obtenida por el hombre, de modo que pueda ser utilizada por nosotros y por las generaciones venideras.
Valor de las especies silvestres
Las especies silvestres relacionadas con las cultivadas son también una inestimable fuente de variabilidad, especialmente en algunas especies cuyos cultivares tienen una base genética muy estrecha, como ocurre por ejemplo con el tomate, y de ahí la necesidad de su inclusión en los bancos de germoplasma. El uso en programas de mejora de esas especies silvestres ha supuesto avances espectaculares en la obtención de nuevos cultivares.
Estos recursos fitogenéticos constituyen una excelente fuente de variabilidad que puede y debe ser utilizada para obtener nuevos genotipos que ayuden a paliar el déficit mundial de alimentos, resolviendo problemas de cultivo, y que estén más adaptados a los gustos y necesidades de la sociedad.
La doctora María José Díez, del Instituto para la Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV), que inició la sesión dedicada a los cultivos hortícolas, abundó en los planteamientos anteriores y los concretó en la familia de las Cucurbitáceas, que incluye cultivos de tanta importancia económica como el melón, el pepino, las calabazas y la sandía. A nivel mundial, la producción de cucurbitáceas alcanzó los 184 millones de toneladas en 2005, lo cual supone un 20.9 por ciento de la producción total de hortalizas y un16.8 por ciento del área cultivada. Asia es, con mucha diferencia, el continente con mayor producción y superficie dedicada al cultivo de cucurbitáceas, ocupando Europa el segundo lugar.
Cultivos intensivos
Las variedades mejoradas e híbridos se cultivan de forma intensiva, tanto en invernadero como al aire libre a lo largo de todo el año, mientras que una gran cantidad de cultivares locales se continúan cultivando en sistemas tradicionales. La resistencia a plagas y enfermedades y las características de calidad de los frutos son los objetivos principales de mejora en la actualidad. Adicionalmente, el mercado de hortalizas hace ya años que ha experimentado una tendencia hacia la diversificación. Las cucurbitáceas no son una excepción y los agricultores buscan diversificar la oferta con nuevos productos diferentes en la forma, color, etc.
Estos objetivos de mejora no pueden abordarse sin el concurso de los recursos fitogenéticos. La respuesta desde innumerables organizaciones, ante la llamada de atención por parte de la FAO y del IPGRI, del peligro de extinción de los recursos fitogenéticos, se plasmó en intensas actividades de recolección que han desembocado en una gran cantidad de germoplasma acumulada en Bancos de Germoplasma y otras instituciones, estimándose sólo las conservadas en Europa en cerca de 30.000 entradas. Ahora es el momento de promover la utilización de este germoplasma y rentabilizar el esfuerzo hasta ahora invertido y seguir garantizando la conservación del mismo. Para ello, la misma urgencia antes dada a la recolección se da ahora a la racionalización y utilización de tales colecciones. Se están estudiando e implementando distintas estrategias que tratan de aunar esfuerzos para promover la utilización de las colecciones creadas.
María José Díez se refirió al papel que los bancos de germoplasma pueden desempeñar en apoyo de la agricultura ecológica, que está experimentando en la actualidad un notable desarrollo, abasteciendo a este tipo de agricultores de cultivares locales con una base genética más amplia y más adaptados a una agricultura menos tecnificada. Por ello, la agricultura ecológica puede tener en el momento actual un papel relevante en la conservación de las variedades tradicionales en países con un elevado grado de desarrollo agrícola.
Cerró la sesión del simposium dedicada a la horticultura la doctora Flor Rodríguez, del Departamento de Horticultura de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, que desarrolló los últimos avances en métodos filogenéticos basados en secuencias de ADN y su aplicación al tomate.
Fuente: Cabildo de Tenerife