01 enero 2009

EDITORIAL

Más acción y menos humos para el Puerto de la Cruz en 2009
El Puerto de la Cruz necesita algo más que ideas y buenas intenciones para salir de la crisis económica que la atenaza desde hace más de una década y que, al parecer, por los indicios superficiales o percepción de la realidad más inmediata, no ha tocado fondo. Necesita más acción, menos pelémicas y menos humos. En defintiva, más apego al tajo o al trabajo.
Lo que hace 10 años se interpretaba como una depresión psicológica en contraposición a las voces de la pequeña y mediana empresa que avisaba de una situación realmente delicada, ahora tiene los visos de ser más consistente, real y peligroso. El estancamiento en la promoción de nuevos atractivos, derivados de la dotación o mejora de infraestructuras para incentivar la actividad económica constituye una de las causas de la pérdida de competitividad del municipio con respecto a otras zonas pujantes en las Islas, en el Sur de Tenerife, para no ir tan lejos. Una eventual falta de confianza en los potenciales inversores en el producto que representa el Puerto de la Cruz daría al traste con sus expectativas de revitalización que se sugiere desde todos los estamentos económicos y sociales, como se ha puesto de manifiesto en debates y foros especializados. Sin inversiones y sin flexibilidad administrativa o burocrática será muy difícil que gane velocidad esta locomotora del desarrollo del Norte de Tenerife. Este segundo extremo no se contradice con la observancia de las normas aplicables, sobre todo en los ámbitos urbanísticos y medioambientales. Bien es cierto que se detectan avances esperanzadores en cuanto a la renovación de la planta hotelera y reforma de infraestructuras de primer orden como el Complejo Turístico de Martiánez, pero eso no es suficiente. El puerto deportivo y pesquero y el futuro parque marítimo municipal son piezas básicas para el despegue económico local, pero se requiere de la implicación de los agentes económicos aportando fondos y de las administraciones facilitando los cauces jurídicos apropiados. Lo realmente dramático es que todavía no hay un proyecto definitivo y las trabas administrativas lastran toda posibilidad de salida a flote de una aspiración de décadas.La iniciativa privada tiene mucho que hacer, independientemente, de la formulación de ideas que son bienvenidas, pero que, por sí solas pasan a engrosar las hemerotecas y archivos. Pero, lo cierto es que la crisis económica y financiera se ha adelantado a todo propósito, con un pronóstico incierto. Esperemos a ver qué nos depara este 2009.