“Tenemos un sector público sobredimensionado, y concretamente el autonómico muy basado en redes clientelares; es decir muy trufado de contratados laborales, interinos, etc que no han ganado su plaza en libre concurso oposición por mérito y capacidad, sino por vinculaciones partidarias. Ello da mal ejemplo social y genera frustración entre nuestros jóvenes que se esfuerzan y preparan, y explica gran parte del desprestigio de nuestra clase política.
En el extranjero, las comunidades autónomas, se ven como una especie
de baronías cuasi medievales que generan
desconfianza por su gran capacidad de gasto, que escapa al control del Tribunal
de Cuentas, a través de empresas públicas creadas a tal efecto, y otros procedimientos que burlan los
controles parlamentarios, como se está viendo en Andalucía.
Ello induce a pensar a
los inversores y prestamistas internacionales
en que el Gobierno no es competente
para tomar medidas, con quienes se
mueven por ahí con sus propias televisiones, medios y gobiernos”. En estos
términos se expresa Javier Morillas, catedrático de Economía de la Universidad
San Pablo-CEU, quien recientemente disfrutó de sus vacaciones en el Puerto de
la Cruz (Tenerife), donde tiene importantes vinculaciones familiares, “para mí
el mejor lugar del mundo para unas vacaciones, y es una pena que el prestigio
del Puerto como destino turístico internacional de primera clase se haya
difuminado”, dice. Morillas es además
vocal de la directiva de la Asociación de Representantes de Banca Extranjera en
España, AERBE, “lo que proporciona –dice- una perspectiva muy realista de nuestra situación, dado que
recogemos la visión de los inversores extranjeros y nuestra misión es arrojar
luz sobre las oportunidades y
perspectivas de la economía española; por cierto que con Tenerife están
respondiendo muy bien a nuestros consejos, orientando inversiones especialmente
de Europa Oriental, Ucrania, etc”. Respecto a la situación económica añade “que
el déficit público no va a ser fácilmente controlable y que por tanto, el Estado
va a tener que seguir emitiendo masivamente deuda pública; el problema es que
esa deuda acabe por no ser comprada por nadie, o lo sea a un tipo de interés tan elevado, -como ya
estábamos del 7%- que haga realmente necesario un rescate de la economía; no
obstante, no cabe pensar en que se vaya a producir una quiebra o se llegue a “default”
o impago”.Sobre la posibilidad de un
hipotético default, Javier Morillas advierte que “un impago acarrearía
un desprestigio absoluto. Las economías desarrolladas no se han planteado nunca
llegar a una situación de desconfianza derivada de un impago, porque se tarda
generaciones en recuperarse, es como un estigma de persona poco fiable, que no
controla sus gastos y que ahuyentaría la inversión y fomentaría la economía
especulativa. Nadie vendría a invertir a largo plazo porque pensaría que dentro
de 20 ó 30 años volvería otro default, como ocurre con las economías de
Sudamérica, que se mueven en un marco institucional y jurídico incierto que,
efectivamente, no favorecen las inversiones directas y el crecimiento sostenido.
Ejemplos son Venezuela, Argentina, etc”.“Tenemos más de 4.000 empresas públicas que se financian con
el dinero del contribuyente, porque
muchas están en pérdidas, con el consiguiente boquete en las cuentas
nacionales; por ejemplo las televisiones autonómicas, cuya financiación exige
al final emitir deuda del Estado; y lo que hemos observado en las últimas
semanas es que la deuda pública que se emitía, no ya a largo , sino a corto
plazo, se estaba pagando a un 3,7% o un 4%. Cuando esto ocurre a seis meses, un
año o año y medio, ya no al 0,10% como pueda ser en Estados Unidos o algo más en
Alemania, sino que están pidiendo, por la desconfianza que generas esos niveles, significa que estás en fase terminal,
y o reaccionas suprimiendo organismos públicos a espuertas o estás muerto. No
estamos hablando de deuda pública a 15,20 ó 30 años como pueda emitirla la
Reserva Federal de Estados Unidos, sino de ahora para mañana, para afrontar
gastos hasta seis o doce meses. Si se mantiene esa situación, como ocurrió con Irlanda, llega a un momento
en que es insostenible, porque ya no se puede pagar ese tipo de interés y se
tiene que recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial, y en
nuestro caso, en la Unión Europea se ha creado el Fondo de Estabilidad
Financiera que tiene que suministrar ese
dinero, pero con condiciones…”.
SERÁ DIFICIL PARA GRECIA MANTENERSE EN EL EURO
El profesor Morillas considera que “la salida de España del
euro no es contemplable, y sería el peor de los escenarios posibles. Esa
situación la podríamos ver en el caso de Grecia, un país que está pagando por
su deuda a 10 años un tipo de interés superior al 26%; una economía que no está
creciendo y en eso no es original, pues la propia UE ha decrecido en el pasado
trimestre un -0´2% del PIB; también Finlandia, Bélgica, Reino Unido, están
decreciendo un -0´6%; y España el -0´4%. Para Grecia será muy difícil
mantenerse en el euro y la consideración es que fue un error incorporarla
porque sus gobernantes no adoptaron las medidas económicas necesarias, como las
introducidas en España cuando se incorporó al euro, con la ley de equilibrio
presupuestaria –luego eliminada por Zapatero-, y que consiguió la reducción de
déficit y deuda, que en los últimos años y sin controles legales se ha vuelto a
disparar.La salida de Grecia del euro implicaría volver al dracma, y
se empezarían a firmar contratos en euros y en dracmas, pero los contratos anteriores
están suscritos en euros; habría una
salida masiva de capitales fuera del país; la gente retiraría el poco dinero
que quedara de los bancos; estos quedarían cerrados y quebrados, no se recibirían préstamos de exterior, se
incrementaría la deuda, y entraría en una espiral de contracción económica
feroz, con la generalización de la pobreza, el paro masivo, y la convulsión
social. Por eso espero que su Gobierno sea lo suficientemente responsable como
para saber lo que tiene que hacer por duro que parezca a corto plazo, y se
mantenga en el euro; porque en la práctica su población seguiría utilizando el
euro, cambiando dracmas por euros y llevándoselos luego fuera del país, como
ocurre en cualquier país africano. Aún
así, para la Unión Europea, dejar a Grecia de la mano, no sería grave, porque
parte de su deuda está ya amortiguada y en gran parte comprada por el Banco
Central Europeo (BCE) en los vencimientos que ha habido durante el último año.
El problema sería para los griegos, que quedarían como en Ecuador, que utilizan
el dólar, pero no tienen ni voz ni voto en la política económica de los Estados
Unidos, ni en la Reserva Federal y nadie
les consulta. Lo mismo que ocurre en El Salvador o Panamá, que también tienen
el dólar como moneda. En el caso de la Unión Europea, hay economías, como le
pasaba a Eslovenia donde imperaba el doble cambio. En parte, lo hay también en
Polonia, y en los países que todavía no se han
incorporado al euro, donde se tiende a ahorrar en euros y hay sistema de
doble caja. Por tanto, la salida del euro no se debe contemplar bajo ningún
concepto”.
REFORMAS
“Porque creo que no
habría que hablar tanto de recortes-explica-como de reformas. ¿A qué llamamos
recortes? ¿A reducir las subvenciones de las organizaciones empresariales? ¿Es
que las organizaciones empresariales necesitan que el dinero del contribuyente
vaya a pagarles sus sueldos y sedes que tienen? Eso no es un recorte, es una
reforma. ¿Y el disminuir las subvenciones a las organizaciones sindicales, que
tenían que financiarse como ocurre en Alemania u otros países con las cuotas de
sus afiliados? ¿Y el analizar las subvenciones que se dan a entidades de muy
variado tipo? ¿Esos son recortes o es que tenemos que efectuar una buena
auditoría y control del gasto de cada euro para ver su rentabilidad, tanto en
lo que respecta a la cooperación internacional, como las que se refiere a las “ayudas
al empleo” o a las medidas activas de empleo; todas esas políticas que han
tenido nombres muy grandilocuentes, pero que, al final, han llegado a muy poco.
Estamos jugando con una economía que no tiene la fortaleza de otras economías
en el mundo. La economía española no tiene materias primas, no hemos tenido la
suerte de los británicos ni de los noruegos de encontrar hidrocarburos en
nuestras plataformas continentales. No hemos tenido la suerte, como Holanda, de
encontrar gas en el yacimiento de Groninguen, además, estamos a gran distancia
de esa red de abastecimiento de hidrocarburos. La energía es un factor
principal para cualquier actividad económica, para la vida de las familias y de
los negocios. Y de eso bien sabemos en Canarias que como en Baleares, supone
añadir un cargo adicional en el recibo de todos los españoles que entre todos pagamos
el sobrecoste del cableado hasta las zonas insulares… Si se parte del criterio
de que la energía es muy cara, efectivamente, se dispone de menos
competitividad de partida. Por tanto, hay que remontar con el incremento de
competitividad en otras áreas: mejorar en diseño, tecnología, en organización
social y costes laborales. En este sentido,
nuestra sociedad necesita reformas, lo mismo en lo que se refiere a la
Sanidad. Ha habido una situación, como consecuencia de esa bonanza económica,
se ha podido prestar asistencia sanitaria a personas que venían de otros
países, incluso con un incentivo para el turismo sanitario, pero que, los
impuestos de los ciudadanos en estos momentos no están por la labor de mantener
esa asistencia gratuita, salvo que reduzcamos las prestaciones a los
pensionistas. En los Estados Unidos, una persona que viene de fuera no entra
gratis en una universidad pública porque su familia no ha pagado impuestos en
el país. Un Coreano que va a Estados Unidos, por ejemplo, paga una cantidad muy
alta por estudiar en una universidad pública, y ya no digamos en el ámbito
sanitario”.A juicio del profesor Javier Morillas, “la sanidad pública
es viable en España, lo que resulta inviable es el mantenimiento de la atención
sanitaria universal como la habida hasta la fecha, dado que se introduce un
incentivo que propicia que cualquier persona pueda venir a dar a luz a nuestros
hospitales de forma gratuita y eso no tiene límites. Si tu abres ese incentivo,
estás favoreciendo que, incluso, gente de países nórdicos venga a ponerse
prótesis y aprovechen sus vacaciones para utilizar esa sanidad. Todo bien a
coste cero presenta una demanda infinita”.Por otro lado, con respecto a las reformas o ajustes,
advierte que lo que más enfada a un ciudadano es que a un pensionista o
jubilado se le quita al mes una cantidad para pagar las medicinas, mientras que
observa que hay un sobre exceso de contratados laborales en una comunidad
autónoma, que se dan subvenciones que tiene una clara finalidad clientelar. Añade que “el
economista James M. Buchanan,
Premio Nobel de Economía, asigna a los economistas un papel singular, al decir
que deben proteger a los políticos honestos en las sociedades democráticas; esto
se debe a que en una sociedad democrática los políticos se examinan cada cuatro
años. Entonces, la tendencia natural de todo partido político en democracia
consiste en prepararse para la siguiente elección, adquirir el mayor número de
votos, con lo cual si puede manejar a su antojo el presupuesto público, tendencia natural va a ser gastar y
gastar porque eso da votos, y genera esas redes clientelares; de ahí las
limitaciones que se ha autoimpuesto, y España, en ese sentido, fue país pionero
con la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
La segunda medida que adoptó el Gobierno de Rodríguez Zapatero en el año
2004 fue eliminar la limitación presupuestaria, que vino a suponer que todos
los poderes públicos con capacidad para gastar gastaron porque mejoraban las
expectativas electorales. D e ahí que sea un riesgo en las sociedades
democráticas, por lo que se han introducido esas limitaciones en la
Constitución con el consenso de los dos grandes partidos, en Alemania ya se
hizo, y el resto de los países europeos irán haciendo lo propio, poco a poco,
como en Estados Unidos en el que hay una enmienda a la Constitución (la 14),
que puede llevar a un presidente a ser encausado por alta traición si pone en
duda la calidad de la deuda del país”.
CRISIS DE LA ZONA EURO
Morillas sostiene en
relación con la crisis en la zona euro que actualmente se está librando una pugna entre el euro y el
dólar, donde la moneda americana adquiere el papel de moneda refugio. Precisa que “los bancos centrales de todos
los países tienen acumulado más del 60% de sus reservas en dólares. El dólar
sigue siendo la moneda que se utiliza en los intercambios internacionales, en
los mercados y en todas las materias primas. De ahí que esté habiendo una
especulación muy potente que durante los
últimos meses ha atacado al euro y ha llegado a devaluarla con respecto al
dólar hasta 1,23, lo cual tampoco es malo porque ayuda a las exportaciones. En
este sentido, con un euro bajo está tirando la economía española, aunque no sea
suficiente para generar empleo, pero por lo menos compensa la caída de la
inversión y del consumo que se registra en España”.Morillas prevé que “la deuda pública española se sitúe en el
80% del Producto Interior Bruto (PIB) al cierre de las cuentas del presente
año. No obstante, nuestro récord se
alcanzó en 1996 con un casi 70%.