CUANDO las circunstancias se ponen de acuerdo y toda nuestra vida se queda esperando ser sazonada con nuevas ilusiones, nos parece volver la mirada a tras recorriendo un camino que ya no existe, pero su esencia permanece. Hemos apreciar la transición de un año a otro, pero en vertientes diferentes. Atrás quedan la restrospección y la dulzura de Rosh Hashana en Israel y la diáspora, o el año nuevo del calendario hebreo, que festejaba 5770, pero también hemos constatado otro año nuevo que impregna la cultura indostánica, con las velas del Diwali, 2066..Saboreamos la dulce compañía de las velas en la fiesta del Diwali hindú.
La vida es una rueda que nos invita a vivirla con intensidad, pese a los muchos tropiezos y sinsabores con los que nos sorprende. Desde aquí, desde el Valle de Ucanca me miro un año más en el mar de las calmas cuando Octubre se desvanece y vislumbro nuevos amaneceres provistos de luz. Voy siguiendo el surco brillante de ese caracol que busca, en esas gotas de felicidad que aliñan nuestras vidas, el estanque dorado de las nuevas ilusiones renovadas.
Hanah Valentín.
