24 febrero 2009

Una plaza para Manuel Díaz "Catalina", introductor del ritual "Mata la culebra"

Una plaza perpetúa desde el pasado lunes a Manuel Díaz “Catalina” en el Puerto de la Cruz, en renacimiento a su labor de introducción de la tradición carnavalera del “Matalaculebra”. El descubrimiento del rótulo de la plaza Manuel Díaz ‘Catalina’, estuvo a cargo de la alcaldesa, Lola Padrón, en presencia de familiares del homenajeado, profesor y etnógrafo Manuel J. Lorenzo Perera. El recinto está situado en la confluencia de las avenidas Rosario Sotomayor y Blas Pérez, en el polígono El Tejar. Antes del descubrimiento de la placa de la plaza una representación de escolares portuenses de los talleres organizados por el Área Municipal de Cultura, escenificó el ritual del ‘mataculebra’ en honor al ‘Catalina’. Más tarde lo repitieron por las calles del centro de la ciudad, como cada lunes de Carnaval. El Ayuntamiento portuense, por iniciativa del Área Municipal de Cultura y por acuerdo unánime del pleno de la Corporación, rinde homenaje a Manuel Díaz ‘Catalina’, por su contribución al enriquecimiento de las tradiciones populares del municipio y, especialmente, por mantener viva la representación del ritual afro-cubano de ‘Matar la culebra’, que hoy en día se ha convertido en un verdadero referente diferenciado de los Carnavales portuenses. La alcaldesa Lola Padrón resaltó que “es de justicia que el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz recuerde y homenajee no sólo a los portuenses más ilustres y sobresalientes, sino también a los personajes entrañables que no por modestos fueron menos queridos y ejemplares, ni desmerecieron en su labor en beneficio de sus convecinos y por el bienestar de su pueblo en general, como fue el caso del entrañable Manuel ‘Catalina’. Agregó la alcaldesa que al homenajearle a él también se homenajea a todos los miembros de su familia, que durante muchos años fueron los baluartes de esta tradición, hasta que se perdió y la recuperó más tarde el Ayuntamiento con la implicación de los escolares del municipio. Según escribió el profesor Manuel J. Lorenzo Perera en su libro ‘Matar la culebra: una tradición canaria de origen afro-cubano’, a finales del siglo XIX se instalaron en Puerto de la Cruz Catalina Díaz y su hijo Manuel, procedentes de la isla de Cuba. Manuel, de profesión albañil, se casó en 1900 con Inés de los Remedios Delgado Rodríguez y pasaron a vivir primero a la calle Santo Domingo y después a la calle de La Verdad. Tuvieron nueve hijos: Maximiano, Manuel, Rafael, Amelia, Ana, Angélica, Marcelina, Mercedes y Rufina. Manuel Catalina fue un personaje muy popular en Puerto de la Cruz. Trabajador humilde, su espíritu inquieto, festivo y creativo le granjeó la simpatía de sus convecinos. Tal y modo constata Lorenzo Perera, “llegó a convertirse en un personaje destacado sobremanera en las capas populares de la ciudad, con las que compartió tiempo y actividad”. Y es que aparte de la representación del ritual de ‘Matar la culebra’, en la que él hacía el papel del mayoral’, fue el artífice de otras actividades de gran arraigo entre sus convecinos, como el juego de la lotería –que él mismo confeccionaba- en la calle de La Verdad en las tardes de verano. Además, era un consumado cantador y artesano en la confección de cometas y otros artilugios y también se encargaba de organizar la fiesta de la Cruz en el callejón de La Verdad, que duraba tres días. Murió en 1948, a los 71 años de edad.
RITUAL AFROCUBANO
El ritual festivo llamado ‘Matar la culebra’ es uno de los más destacados exponentes de la cultura popular en el Puerto de la Cruz y uno de los actos más singulares de los actuales Carnavales de Canarias. En la isla de Cuba, de donde procede esta tradición, su escenificación tenía lugar durante la fiesta del día de Reyes. La culebra es el símbolo del poder y con el ritual, que en La Habana concluía en el patio del Palacio de los Capitanes Generales, se satirizaba el sistema esclavista. La representación en el Puerto de la Cruz se realiza el lunes de Carnaval y consiste en un grupo de jóvenes que con ropas blancas al estilo caribeño y el cuerpo tiznado cantan y bailan al son del tambor por las calles de la ciudad. Son los llamados “Negritos Chacandela” que mediante un curioso ritual con una cruz y una imagen de San Antonio, y en presencia de un personaje denominado el mayoral, matan a golpes la culebra, que es el símbolo del mal y del poder en un sistema esclavista. A comienzos de la década de los cincuenta del siglo pasado ya se había dejado de representar el ‘Mataculebra’ en la capital cubana. En diversas poblaciones del Archipiélago, progresivamente, también se fue abandonando la costumbre, excepto en Puerto de la Cruz, donde había sido introducida a finales del XIX por un retornado cubano llamado Manuel Díaz, popularmente conocido por ‘Manuel Catalina’, nombre éste correspondiente a su madre. En manos de sus descendientes se mantuvo viva la tradición en esta ciudad hasta que, a mediados de los años ochenta del siglo pasado se abandonó, para ser recuperada de nuevo mediada la década siguiente gracias a la labor del profesor, investigador y etnógrafo Manuel J. Lorenzo Perera y del Centro Superior de Educación de la Universidad de La Laguna. Desde hace algo más de una década esta tradición forma parte del programa oficial del Carnaval de Puerto de la Cruz y está auspiciada por el Área de Cultura del Ayuntamiento, que intenta divulgarla y arraigarla entre los más jóvenes del municipio.
Fuente: Ayuntamiento del Puerto de la Cruz.