HANAH VALENTÍN
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Una partida de ajedrez puede terminar en tablas o que una de las dos partes sea absorbida por la otra. Blanco y negro son los dos simbolos de esta partida y cada uno de ellos desmostrará su sagacidad frente al otro. Por ahora, la victoria está a favor del color negro que, desde hace años viene luchando por hacer jaque mate al resto del mundo. Yo, desde mi cima cubierta de blanco nieve miro al Atlántico con expectación y me pregunto cada mañana, ¿seríamos capaces de aceptar ese cambio democraticamente o por el contrario ibamos a ser, como siempre, esa rutina que no nos conduce a nada, pero que seguimos en ella por no molestarnos en cambiarla? Quizás las generaciones venideras nos lo recuerden, pero ya será tarde para encontrar soluciones.
