03 julio 2007

¿Usará Lola Padrón guantes de seda?

¿CÓMO gobernará Lola Padrón en el ayuntamiento del Puerto de la Cruz? ¿Usará guantes de seda para batirse en el fragor de la gestión que inicia o se proveerá de puños de hierro para parar o esquivar los previsibles golpes? En la sesión plenaria del pasado lunes, para la fijación del organigrama general, con el reparto de atribuciones y competencias, y de los sueldos, se pudo apreciar un nuevo estilo en la aplicación del reglamento de funcionamiento de la Corporación y que, de mantenerse el anuncio formulado por las rectoras del municipio, ganará en agilidad, para evitar debates interminables y tediosos, como los sufridos en mandatos precedentes. Si bien la socialista Lola Padrón ha entrado, por méritos propios, avalada por el respaldo en las urnas, y en virtud de un pacto con el Partido Popular, en la historia del Puerto de la Cruz, como la primera mujer que accede a la Alcaldía, comparte, de hecho, protagonismo con su principal aliada, Eva Navarro. El grado de lealtad que se establezca en las relaciones entre ambas será una pieza fundamental, no sólo para su futuro político inmediato, sino para la propia estabilidad del gobierno municipal. Una vez embarcadas en esta apasionante aventura de regir los destinos del Puerto de la Cruz, como principal motor del desarrollo socioeconómico del Norte de Tenerife, pero con el lastre de una profunda crisis de ánimo y de abatimiento, tienen ante si una buena oportunidad para hacer valer sus capacidades como gestoras de la “res pública” y llevar a buen puerto los asuntos candentes que no pueden soportar más demora, ni titubeos formales. Cuatro años pueden pasar como un soplo si la gestión fluye con éxito y se alcanzan los objetivos trazados en los programas electorales o si se cumple el pacto de gobierno, pero también pueden, por el contrario, en una eternidad si se repiten los episodios del mandato precedente de mal recuerdo para todos, o fracasan en este proyecto. Ahora no cabe ningún desliz, no se pueden ni se deben frustrar las legítimas expectativas de los ciudadanos, y eso atañe al ayuntamiento, con su gobierno, oposición, funcionarios y personal laboral. La lealtad fijará la duración del pacto de gobierno entre socialistas y populares en el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, por lo que prefiero no establecer fecha de caducidad, salvo la marcada por el propio mandato de cuatro años.