27 julio 2007

La Ranilla, en el Rotary Club Internacional

El editor de ACTUALIDAD DEL PUERTO DE LA CRUZ, Rafael Ben-Abraham Barreto, “Herzog”, presentó el pasado jueves su libro “La Ranilla.Visiones desde el Puerto de la Cruz”, una compilación de 214 comentarios publicados en periódico tinerfeño EL DÍA desde el 14 de febrero de 1990. El acto tuvo lugar en el hotel Botánico, bajo la presidencia del titular de la institución benéfica, Manuel Florián de Tomás Marti. Se trata de una presentación a destiempo, que incluyó la firma de ejemplares del autor, previa explicación de las motivaciones y contenidos de esta edición. Herzog anunció que trabaja en un nuevo libro, que podría ver la luz a finales de año. A continuación, se reproduce el texto íntegro de la presentación de esta obra. Señor presidente y queridos amigos rotarios: Mi relación profesional y humana con el Rotary Club Internacional del Puerto de la Cruz ya se prolonga en el tiempo y constituye uno de mis tesoros personales más queridos, aunque, por cuestiones de carácter o temperamento no lo demuestre explícitamente. Un vínculo que se mantiene desde hace décadas desde la comunicación y el periodismo que, humildemente, ejerzo ya desde hace casi 30 años, y que llena mi vida. Una profesión que apenas da margen para el aburrimiento, el tedio o la distracción, y que me ha enriquecido espiritualmente, especialmente, por el trato con gentes de toda condición, y que, por su naturaleza, obliga a un reciclaje y formación permanentes, singularmente, para quienes accedimos directamente desde la práctica, y que luego por inquietudes complementamos con la formación. Sin falsa modestia confieso que aprendo cada día de mis errores y guardo en el desván de los recuerdos aquellos aciertos o logros, que no son tantos. La Ranilla. Visiones desde el Puerto de la Cruz, este pequeño libro, editado conjuntamente con el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias del Puerto de la Cruz, es, sin duda, la niña de mis ojos, que vio su primera luz en el periódico EL DÍA, de Santa Cruz de Tenerife, al que estoy vinculado desde 1980. Cuando se publicó el sábado 14 de febrero de 1990 la primera Ranilla, abordaba el espinoso asunto del intrusismo en el sector del taxi. Piratas del taxi salió a la luz el día de San Valentín o de los enamorados, y no había pensado, por entonces, cuando emprendía esa singladura, que 14 años más tarde abriría esa publicación, precedida por el prólogo del editor y director de EL DÍA, don José Rodríguez Ramírez, a quien siempre le agradeceré su confianza depositada en mí, y por la deferencia al glosarlo. El libro consta de algo más de 200 páginas, la portada se ilustra con una fotografía de Moisés Pérez, mientras que el diseño es obra es de Isidro Felipe Acosta. La primera presentación estuvo a cargo del profesor y presidente del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, Nicolás Rodríguez Münzenmaier, quien definió acertadamente a La Ranilla, como bonsáis del pensamiento, en alusión al formato reducido de cada uno de los comentarios, de los que van publicados en EL DÍA, cerca de los 500. En esta pequeña obra se insertan sólo 200. La Ranilla es sucesora del Paseo de Colón, que fue una columna diaria que aparecía en la sección el Valle de La Orotava, en EL DÍA, pero de contenido político y prosaico. Pero La Ranilla, que se inició con una tendencia política crítica, evolucionó hacia la prosa poética, hacia con un sello particular. ¿Y por qué Herzog? Herzog es mi sobrenombre desde el 8 de mayo de 1983. Lo adopté como símbolo de mi adherencia al Judaísmo y al Sionismo religioso, como antesala de lo que considero mi retorno a las raíces, a mi anhelo ancestral de reincorporarme a la Alianza, de enjudaizarme. Ese hecho, después de casi 20 años, de gestiones y de búsqueda, se formaliza el 24 de octubre de 2001, cuando paso el rito de la tevilá en la piscina de la calle Parán en Ramat Eshkol de Jerusalem (Israel), tras haber sido hallado apto por el bet din o tribunal rabínico ortodoxo constituido en la sinagoga Samuel Hanasi, en el distrito de Rejavia. Como es sabido, sólo se es judío si se nace de madre judía o convertido y no pertenece a otra religión, en este segundo caso, vale para los hijos de padres judíos y de madre de otra creencia. Pero la conversión al Judaísmo no es a una religión, sino la entrada a un pueblo, la asunción de toda su historia milenaria, y de todas sus obligaciones contenidas en las 613 mitzvot o preceptos, que se contienen en su código legal o Tora escrita y oral (Talmud, tratado que interpreta la ley escrita dada por D-S a Moisés en el Monte Sinai). De esa manera, se puede entender que Cayetano Rafael, mi primer nombre haya pasado a ser Rafael Ben-Abraham, como así se me identifica en Israel y en la Diáspora, y así consta como anexo en mi partida de nacimiento (Registro Civil), como se puede apreciar en la ficha técnica del libro, explico esto para que no haya confusiones. No por ello dejo de responder por ese primer nombre, que ya es un alias, y, hoy, por ejemplo, la foto de portada de EL DÍA, viene firmada por mi antiguo nombre Cayetano Barreto. Que conste que esta observación es título explicativo, sin más connotaciones. Por otro lado, les invito a leer el libro, porque su contenido no ha perdido vigencia. Los temas tratados hace una década siguen siendo actuales, como muy bien podrán comprobar. Estamos ante una ranilla atípica desligada del concepto geográfico, donde predominan los sentimientos y una particular manera de entender la vida. Puerto de la Cruz, 26 de julio de 2007/ 11 de av de 5767